RT.- Un alto jefe de la inteligencia estadounidense ayudó involuntariamente a un operativo de desinformación nazi durante la Segunda Guerra Mundial, por seguir utilizando una clave que había sido comprometida por los alemanes, según registros clasificados que se analizan en un reciente libro.
‘Covert Legions: US Army Intelligence in Germany 1944-1949’ (‘Legiones encubiertas: la inteligencia del Ejército estadounidense en Alemania en 1944-1949’), del historiador y autor Thomas Boghardt, afirma que los errores de un espía estadounidense podrían haber ayudado a los nazis a difundir información falsa sobre un supuesto reducto alpino de Adolf Hitler.
En una de las campañas de desinformación más exitosas de la Segunda Guerra Mundial, los nazis convencieron a las potencias occidentales de que estaban acumulando armas y 100.000 soldados en los Alpes austro-bávaros para organizar una última batalla por la supervivencia.
Boghardt dijo a The Guardian que no fueron los nazis los responsables del éxito del mito, sino un error de Allen Dulles, quien más tarde se convirtió en jefe de la CIA y llegó a comandar la invasión de playa Girón en Cuba, en 1961.
Se cree que los alemanes pudieron interceptar un mensaje enviado por Dulles desde la Embajada estadounidense en Berna (Suiza), después que éste ignorara repetidas advertencias del Reino Unido de que el código que utilizaba había sido descifrado por los nazis. El mensaje permitió a los alemanes explotar los temores de las fuerzas aliadas acerca de una acumulación alpina.
“Podrían informar al tonto [Dulles] que sabe que su código ha sido comprometido, que si ha utilizado ese código para informar de reuniones con alguien, los alemanes probablemente identificaron a las personas afectadas y las utilizaron para desinformaciones”, rezan los documentos al citar a un agente británico.
Después que el cable fuera descifrado por los alemanes, Joseph Goebbels, jefe del Ministerio de Propaganda de la Alemania nazi, diseminó durante meses la desinformación, esperando distraer a la cúpula militar de los aliados e imponerles conversaciones de paz.
“Dulles era un agente muy hábil, que sobresalía en el trabajo con fuentes humanas, pero cuando se trataba de la inteligencia de señales era en verdad muy negligente”, dijo Boghardt al periódico británico.