Así como la violencia es una conducta aprendida, los hombres con comportamiento abusivo pueden aprender a manejar sus conflictos y administrar sus emociones, a fin de llevar una convivencia pacífica que no perjudique la vida de sus parejas ni la propia, sostiene el director del Centro de Intervención Conductual para Hombres, Luis Vergés.
En cambio, para un hombre con tendencia violenta que no se someta a tratamiento, resultará difícil sostener una relación sana, expuso el profesional de la conducta humana, al participar en el programa Ministerio Público, disponible en plataformas digitales.
La violencia es un comportamiento condicionado social y culturalmente, aprendido por demás, “que no es un defecto de fábrica ni algo con que se nace, ni una locura del momento, es algo que se construye en el mismo machismo que se vive en el país”, expresó Vergés en la entrevista, como parte de una serie de programas en torno al mes de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y los 16 días de activismo, que concluyeron con el Día de los Derechos Humanos, el pasado 10 de diciembre.
Por tanto, la misión del Centro de Intervención Conductual para hombres es ayudar al hombre a desmontar esas estructuras mentales de dominio y superioridad y contribuir con ello a evitar que mueran más mujeres de manos de sus parejas o exparejas. De hecho, el 40% de los hombres que en la actualidad reciben terapias siguen conviviendo con sus cónyuges, para lo cual siempre se hace necesario el establecimiento de un acuerdo con sus debidas condiciones.
Más que eso, de los 50 mil hombres que han finalizado el programa, ninguno ha cometido feminicidio, agregó.
Al centro son remitidos hombres imputados por el Ministerio Público de ejercer algún tipo de violencia física, verbal o psicológica contra su pareja.
En el centro “lo que hacemos es quitar el estigma del determinismo de que si hubo violencia, debe de haber violencia siempre”, explicó Vergés. En esa dirección, se trabaja para que el hombre desarrolle sus habilidades de resolución de conflictos y del manejo de las emociones, además de cultivar el buen trato, la empatía, las conductas prosociales y superar la creencia de engrandecimiento por encima de la mujer, agregó.
El también coordinador académico de la Universidad Católica de Santo Domingo explicó que, tras agotar el programa de acogida, los hombres son integrados a terapias individuales y grupales, que trabajan las habilidades emocionales para aprender a manejar el enojo y la sensación de carencia afectiva y alcanzar un efectivo manejo de los conflictos.
Esta y otras entregas de Ministerio Público están disponibles en el canal de YouTube de la Procuraduría General de la República.