El líder de la principal banda armada de Haití, Jimmy Cherizier, alias Barbecue, fusil al cuello y una pistola en el pantalón, trató de mostrarse este miércoles como un buen hombre preocupado por el país y por la gente más pobre.
Barbecue manifestó su malestar porque los medios se refieran a su grupo, el G9 Fanmi e Alye, como “pandillas, gangs, bandidos”, aunque asegura que su banda “no es un partido político y nunca lo será. Es un movimiento armado”.
“No somos partidarios del PHTK (partido fundado por Michel Martelly), ni jovenelistas. Somos patriotas. Somos haitianos que luchan por un cambio real”, zanjó.
Tras leer un largo comunicado de prensa cargando contra el Gobierno y el primer ministro, Ariel Henry, el capo se hizo acompañar por los medios en un recorrido por el mísero barrio de La Saline, lugar donde su banda sustituye al Estado y Barbecue es la máxima autoridad.
LA POBREZA DE LA SALINE
La primera parada fue un pequeño tugurio de hojalata donde se sentó en un camastro junto a su propietaria y charló amablemente con ella, interesándose por su paupérrima existencia, pero se fue alterando y elevando la voz por las injusticias que vive esa gente.
Rodeado en todo momento por un enjambre de reporteros y sin su escolta de secuaces habitual, el comandante, como se refieren a él muchos haitianos, se paró en varias ocasiones durante el trayecto, ya fuera para hablar con alguna vecina o para dejarse retratar junto a algún niño.
“Este pequeño que ves aquí. ¿Cuál es su futuro? No va a la escuela, no tiene educación. Dentro de 5 o 10 años, ¿Qué quieres que haga?”, decía, en un discurso enardecido al que siguieron otros igualmente intensos en cada parada del camino.
Mientras ponía el grito en el cielo, Barbecue se dedicaba a acomodar la correa del fusil que llevaba colgado, mientras el pequeño mantenía la cabeza gacha, hasta que el capo le chocó la mano y continuó su mediático paseo señalando las calamidades de la gente de La Saline, hasta llegar al mercado del sector.
De ahí, el grupo volvió al punto de partida, donde Barbecue posó delante de un altar con motivos y los colores propios del Día de los Difuntos, donde se refrescó con colonia, que se aplicó en el cuello, la cabeza y la cara, para después echarla sobre su boina militar.
LA LUCHA CONTRA LA OLIGARQUÍA
Barbecue asegura que su lucha es contra “la oligarquía”, el 5 % de la población más rico que, junto con los políticos, retiene el 95 % de la riqueza del país”.
Señaló en especial a la minoría de origen sirio y libanés, que controlan importantes empresas y bancos del país más pobre de América.
“Es una batalla contra el sistema, contra los oligarcas corruptos”, dijo Barbecue, quien acusa a esa burguesía de distribuir armas en los barrios obreros para “controlar el sistema”.
Esas armas, afirma, “hoy elegimos tomarlas, usarlas contra quienes nos las dieron para liberar el país”.
También arremetió contra las organizaciones de derechos humanos que, a su entender, son inexistentes como tal, las considera “partidos políticos” y las acusa de difundir mentiras en los informes en los que le señalan de ser el responsable de cometer masacres.
BUEN TRATO CON LA PRENSA
Vestido de militar y armado con un fusil y una pistola, pero sin escoltar por sus secuaces, Barbecue fue cercano y accesible con los miembros de la prensa e incluso respondió a algunas preguntas a lo largo del recorrido.
Para asistir a una convocatoria de prensa del líder del G9 Fanmi e Alye es necesario contar con consentimiento de su líder.
La prensa llega en grupo y cuando ya está cerca del lugar de la cita es guiada por miembros de la banda que se desplazan en motocicleta y los conducen al emplazamiento del acto.
Durante la espera no se permite hacer fotos ni tomar imágenes de vídeo de la zona, y lo mismo ocurre cuando se da por finalizada la actividad.
EFE.