Santa Cruz de La Palma, España.- El volcán de Cumbre Vieja en isla española de La Palma sigue rugiendo 26 días después del inicio de su erupción, con una sismicidad que ha ido en aumento en las últimas horas y con el avance lento pero inexorable de la lava, que han obligado a nuevos desalojos de población.
En las últimas horas se han registrado en la isla decenas de terremotos, según la información del Instituto Geográfico Nacional (IGN) de España, de los cuales tres han podido ser sentidos por la población.
El de mayor magnitud tuvo lugar la pasada madrugada con una magnitud de 4,5, a 37 kilómetros de profundidad, después de otro de 4,1, tres segundos antes que el anterior y a la misma profundidad.
Los dos brazos de la colada más activa de las tres que se han formado desde el inicio de la erupción han ralentizado su avance tras adentrarse en el barrio de La Laguna, de la localidad de Los Llanos de Aridane, ya evacuado al completo, tras llevarse por delante un supermercado y atravesar el campo de fútbol.
El director técnico del organismo que supervisa la evolución de la erupción, el Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca), Miguel Ángel Morcuende, explicó este jueves que el avance de esta colada en las últimas horas llevó a la evacuación preventiva de las personas que aún no habían sido desalojadas, y que según el censo son unas 400.
El 12 de octubre habían sido evacuadas otras 800 con lo que las que han tenido que dejar sus casas en algún momento desde el inicio de la erupción pasa de supera las 7.000.
El director del Pevolca ha insistido en que se trata de evacuaciones preventivas realizadas con tiempo suficiente “para que nadie se sienta agobiado”, una decisión adoptada tras analizar los mapas de trazabilidad, pero es difícil anticipar el lugar por donde puede discurrir la lava o si los vecinos podrán regresar si se ralentiza o detiene el avance.
En la monitorización del volcán no se han registrado grandes novedades en las últimas horas, según expuso la portavoz científica de ese organismo, María José Blanco.
La sismicidad continúa localizada ligeramente más al sur del enjambre inicial previo a la erupción, con un número de seísmos algo menor pero con magnitud algo más elevada, la máxima de 4,5, un terremoto situado a gran profundidad y sentido en toda la isla.
Las emisiones de dióxido de azufre en el volcán siguen siendo altas, con valores de 15.995 toneladas diarias, y la altura de la columna de cenizas y gases llega a los 2.600 metros.
La calidad del aire en las últimas horas se mantiene buena o razonablemente buena, con algunas mediciones puntuales más elevadas de dióxido de azufre o partículas que siguen aconsejando usar mascarillas en el valle de Aridane, pero por primera vez en este episodio se ha registrado una medición elevada en el centro de investigación atmosférica de Izaña, en la vecina isla de Tenerife.
El viento en La Palma sopla desde en noroeste, de modo que los gases y cenizas se dispersan hacia el suroeste, es decir, hacia el mar, lo cual es bueno para la operatividad del aeropuerto.
A partir del viernes se espera una llegada de aire sahariano que no afectará al tráfico aéreo, aunque el descenso en el nivel de inversión térmica puede empeorar la calidad del aire.
Los últimos datos sobre la extensión de la lava indican que hay 674,5 hectáreas afectadas, 34,23 más que la víspera, y el ancho máximo de la colada se mantiene en 1.770 metros.
Los datos de los satélites de monitorización terrestre de Copernicus indican que las construcciones afectadas son 1.600, de las cuales 1.548 están destruidas y 86 afectadas.
La lava ha destruido también 179,3 hectáreas de cultivo, de las cuales 92,97 hectáreas son plataneras, 50,17 viñedos y 12,21 aguacateros.