Con los agentes policiales se insiste tanto en la preservación de la vida y la dignidad humana que en al menos tres artículos de la Ley Orgánica de la Policía Nacional, Ley No. 590-16, se insiste en esta condición.
Llama la atención el porqué de manera institucional se insiste tanto en que la misión fundamental es preservar la vida, que fue necesario plasmarlo en la ley y norma en los Artículos 5, 13 y 14, referente a la misión, actuación y principio fundamental.
Artículo 5, referente a la Misión. La Policía Nacional tiene por misión lo siguiente:
1) Proteger la vida, la integridad física y la seguridad de las personas.
El Artículo 13, hace alusión a las funciones de la Policía Nacional vuelve a insistir en que para el cumplimiento de sus misiones, la Policía Nacional tiene las siguientes funciones:
“Preservar la vida, integridad física y moral de las personas”
En lo relativo a los principios fundamentales, de los que hace referencia el Artículo 14, establece que:
“La actuación de los miembros de la Policía Nacional se regirá conforme a los siguientes principios: 1) Dignidad humana. Respetar y proteger la vida y la dignidad de las personas, lo que implica mantener y defender los derechos humanos, sin discriminación alguna, por lo que ningún miembro de la Policía Nacional podrá ordenar, infligir, instigar o tolerar actos de torturas u otros tratos crueles, inhumanos o degradantes, no podrá invocar la orden de un superior o circunstancias especiales, como los estados de excepción o cualquier otra circunstancia, como justificación para sus actuaciones”.
El pasado fin de semana, se produjeron dos sucesos en los que agentes policiales cegaron la vida alegremente a dos ciudadanos y por los cuales ayer se le conocieron medida de coerción a dos agentes involucrados.
El cabo Janli Disla mató de un disparo en la cabeza a la arquitecta Leslie Rosado.
En Padre Las Casas, Azua, acusan al teniente coronel Oscar Bautista Mendieta de matar de un disparo a Robinson Méndez, de 27 años y quien residía en la ciudad de New York.
De acuerdo a denuncias, el coronel Bautista Mendieta se desmonta en una patrulla policial, y le va encima a Méndez, propinándole un disparo al corazón.