Rachas y triunfos de equipos MLB atribuidos a amuletos, mascotas y supersticiones - N Digital
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Rachas y triunfos de equipos MLB atribuidos a amuletos, mascotas y supersticiones

Peloteros y equipos completos de béisbol de Grandes Ligas recurren a todo tipo de supersticiones, rituales y mascotas, buscando suerte en que cifrar fe en ganar un partido, clasificarse a post temporada o simplemente, cambiar el curso a tu favor en un juego que paree ir a la deriva.

Esto ocurre en estos momentos con el conjunto de los Yankees de New York, que hace una semana parecía perder todas las posibilidades de clasificarse a las semifinales, faltando 11 días para finalizar la temporada y estaban debajo de Boston y Toronto.

Pero todo cambio ganando siete juegos en línea que incluyó barrida sobre los Boston Red Sox, barrida sobre Texas y ganaron el primer juego de una serie de tres que tienen frente a Toronto.

Ahora Los Mulos del Bronx lideran el comodín de la Liga Americana y están muy cerca de lograr su pase a la post temporada.

El equipo atribuye el repunte a la adopción de  una tortuga, como mascota, a la que se refieren cariñosamente como ‘Bronxie the Turtle’. El lanzador Néstor Cortés Jr. fue quien convenció al equipo de adoptar a Bronxie antes de la serie de la semana pasada con los Texas Rangers, y la nueva mascota del equipo se convirtió en su amuleto de la suerte inmediatamente.

“Amuleto de la suerte, como quieras llamarlo; sé que muchos muchachos creen que hay una conexión aquí”, dijo Brett Gardner. “Al final, sería genial si pudiéramos salir y conseguirle un pequeño anillo de Serie Mundial”, agregó.

En el pasado, el equipo de New York recurrió a otro ritual para salir de una mala racha colectiva y consistió en usar ropa interior de mujeres (tanga) debajo de su uniforme. La idea fue del toletero Jason Giambi quien encargó unos hilos dentales dorados y le dio uno a cada miembro del equipo. La mayoría lo utilizó y todos coincidieron con lo mismo: Eran incómodos pero funcionaron.

Derek Jeter comentó que “fue difícil correr las bases con ellos, pero funcionan”. Jeter llevaba cero hits en 32 turnos y ese día conectó un bambinazo.

PLÁTANO POWER.  El equipo dominicano se impuso invicto en el Clásico Mundial de Béisbol en el año 2013. Todo fue atribuido a la suerte de utilizar plátano como amuleto, llevado al terreno de juego por el lanzador Fernando Rodney, en su cintura y dentro del camerino. En cada imagen de ese triunfo arrollador, el plátano se convirtió en ícono para RD y de ahí surgió el mote de “Plátano power”.

Muchos lanzadores, por ejemplo el fenecido José Lima, nunca pisaban la raya del terreno de juego que marca cuando una pelota está en terreno bueno y cuando está fuera de juego.

Hace cerca de dos décadas, los ahora Angelinos de Los Ángeles usaron a un chango para animar a sus peloteros y sólo lo mostraban en la pantalla de su estadio.

INSECTO. Los reales de Kansas City llevaron el uso de los talismanes a un nuevo nivel, al usar a un insecto como su amuleto de la suerte y se trata de una mantis religiosa.

Tanta era la suerte que se le atribuía que hasta nombre le pusieron, ”Royal Mantis”

En agosto del 2016 cuando la mantis apareció, loló al dugout de los Reales en Kauffman Stadium. Kansas City perdía 2-0 en la cuarta entrada ante los Azulejos de Toronto y con un rally de tres carreras en el quinto inning y otra más en el sexto, venció 4-2 a la novena canadiense para poner fin a una racha de tres derrotas.

En ese lapso, los Reales estuvieron abajo en la pizarra en cinco ocasiones, tres de ellas en la sexta entrada o más adelante, y terminaron por remontar y llevarse el triunfo.

Antes de que la mantis religiosa aparecieran en la vida de los Reales y sus aficionados, Kansas City promediaba 2.5 carreras en 11 partidos y luego duplicaron su cuota de carreras por juego con 5.3 por encuentro.

Tras la muerte del primer insecto, que no duran mucho tiempo de vida, el equipo adoptó a otro y lo nombraron: ”Royal Mantis Jr” y la buena racha siguió por un buen tiempo.

BRAVOS. En los 90 y los 2000 los jugadores de los Bravos de Atlanta tomaban sus gorras por la visera, con el lado abierto mirando hacia arriba y las agitaban como pidiendo dinero. Esto se hacía cada vez que había personas en base y buscan convertirlas en carrera, en especial si se estaba debajo en el marcador.

Otros peloteros usan las gorras con la parte que va dentro, hacia afuera.

RITUALES INDIVIDUALES. Los rituales de fe no solo involucran al equipo completo, también pasa con peloteros individualmente.

En la década del 80 Wade Boggs era uno de los peloteros más eficaces con el bate. Jugó la mayor parte de su carrera con los Boston Red Sox (10 años) y se retiró en 1999 con un promedio de bateo de más de .300. Una de las razones por las que se le recuerda es por la superstición de comer siempre pollo antes de un partido.

LA SUPERSTICIÓN HECHA BEISBOLISTA. El relevista Turk Wendell jugó 11 años llenos de supersticiones. Por ejemplo, mientras lanzaba siempre masticaba cuatro piezas de regaliz negro y al terminar la entrada, saltaba desde la línea de foul hacia el dogout, donde escupía el regaliz; inmediatamente después se cepillaba los dientes. Este ritual lo hacía en cada entrada que estuviera lanzando, mientras que el cepillado de dientes lo realizaba cada que terminaba una entrada.

Como amuleto de buena suerte siempre portaba un collar de dientes y garras de animales, el cual tenía la particularidad de que cada pieza era de animales que él mismo había cazado.

Asimismo, como buen supersticioso tenía un número de la suerte: el 99. Era el número de su franela y a lo largo de su carrera pidió que sus contratos terminaran con 99, incluso, uno de sus últimos contratos fue por la cantidad de 9 millones 999 mil 99 dólares con 99 centavos.

BATE DE SEDA.  El japonés Ichiro Suzuki cuidó durante su ilustre carrera de sus bates. Mientras todos los demás bates de los  jugadores del equipo se apilaban en sacos o se depositaban en contendores cilíndricos, los bates de Suzuki eran guardados en un portafolio especial, con paredes de seda y diseñado especialmente para absorber impactos.

Suzuki tuvo un inmaculado cuidado con sus maderos y en una ocasión, llegó a romper uno, en un arrebato de frustración durante un partido de la liga de Japón, y escribió una carta de disculpa a la marca Mizuno quien siempre hizo sus bates.

CON NÚMEROS. Larry Walker fue en la década del 90 el jardinero derecho de los Rockies de Colorado, Montreal y San Luis. Tenía una obsesión con el número 33. Era el número que utilizaba en su franela, pero su fijación con esta cifra iba mucho más allá del juego.

En la práctica de bateo realizaba swings en múltiplos de tres, fijaba su alarma 33 minutos antes de la hora. Se casó un 3 de noviembre a las 3:33 de la tarde y cuando se divorció, el acuerdo con su ex esposa le costó 3 millones de dólares.

EL COHETE. Roger Clemens, uno de los mejores lanzadores de todos los tiempos, comenzó su carrera con los Red Sox, para luego pasar a los Yankess de Nueva York y ganar dos series mundiales. Desde sus inicios como profesional adoptó un ritual que involucraba a otra leyenda que jugó para los Red Sox y Los Yankees.

Antes de iniciar un partido en el antiguo Yankee Stadium, El Cohete acudía a la placa conmemorativa de Babe Ruth en el Memorial que se encontraba detrás del jardín central; ahí limpiaba su sudor y lo embarraba en la placa de “El Bambino”.

DOS HUEVOS Y DOS HOTCAKES. Stan Musial fue convocado a más de 20 juegos de estrellas. Durante más de 20 años comió el mismo desayuno, en el mismo orden. Antes de cada juego empezaba su día con un huevo seguido de dos hotcackes y remataba con otro huevo, sin duda un desayuno de campeones.

FUERA DE VISTA. Trevor Hoffman es el pitcher con la segunda cantidad de salvamentos más alta en la historia de la MLB; gran parte de sus 601 juegos salvados los consiguió con los Padres de San Diego y ninguno de ellos fue visto por el gerente general Kevin Towers.

Towers y Hofman llegaron a la institución en el mismo año, 1993; dos años más tarde Towers se convirtió en el gerente general del equipo, y en algún momento decidió que ver al cerrador era de mala suerte.

Por ello, cada vez que Hoffman salía a la lomita en situación de salvar el juego, el gerente general se retiraba del palco o apagaba la tele. La superstición tal vez era real, pues cuando Hoffman se retiró lo hizo como el líder histórico en salvamentos, título que retuvo hasta que Mariano Rivera lo superó.

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