El gobierno de Joe Biden anunció el lunes que Estados Unidos acogerá 125.000 refugiados en 2022, el doble que este año, en medio de fuertes presiones por la llegada de migrantes de Centroamérica y Haití y otros que huyen de países como Afganistán.
Biden generó polémica en abril al negarse en principio a aumentar el límite de 15.000 refugiados decidido por su predecesor, Donald Trump.
El multimillonario republicano había hecho de la lucha contra la inmigración ilegal una de las señas de identidad de su presidencia.
Ante las críticas de su campo demócrata, Biden elevó entonces este límite en mayo a 62.500 personas que pueden establecerse en territorio estadounidense con estatus de refugiado en 2021.
Para el año fiscal 2022, la cifra ascenderá a 125.000.
“Hoy, el Departamento de Estado reafirma nuestro compromiso con la recepción de refugiados de acuerdo con nuestra larga tradición de brindar un refugio seguro y una oportunidad a las personas que huyen de la persecución”, dijo el portavoz, Ned Price.
“Con el mundo enfrentando un desplazamiento global y necesidades humanitarias sin precedentes, Estados Unidos está comprometido a liderar los esfuerzos para brindar protección y promover soluciones duraderas a las crisis humanitarias”, añadió en un comunicado.
El anuncio se produjo cuando Washington está tratando de ayudar a miles de personas que trabajaron para las fuerzas estadounidenses en Afganistán a huir del país y reasentarse en Estados Unidos.
Algunos de ellos podrían entrar bajo el programa de refugiados y otros bajo otro programa de “visas especiales de inmigrante”.
El anuncio ocurrió cuando las autoridades estadounidenses repatrian a miles de migrantes que han cruzado la frontera de Estados Unidos desde México, y se han instalado en Del Rio, Texas, en las últimas semanas.
Muchos son haitianos que han huido de la inestabilidad política, terremotos, huracanes y la inseguridad.