El Parlamento Europeo aprobó este miércoles la nueva tarjeta azul europea que establece criterios más flexibles para atraer a la UE inmigrantes extracomunitarios con una alta cualificación profesional.
Según las nuevas reglas, las personas de terceros países que quieran trabajar en la UE tendrán que presentar un contrato con una oferta laboral de al menos seis meses frente a los doce que se exigían hasta ahora.
Además, el salario que perciban deberá situarse entre el salario medio bruto del país en el que quieran trabajar y el 160 % de esa cantidad.
Con las normas anteriores, que datan de 2009, el salario debía ser de al menos el 150 % del salario medio bruto del país en cuestión.
Los titulares de la tarjeta azul podrán trasladarse a otro país de la UE tras haber permanecido un año entero en el país miembro que les conceda trabajo.
También tendrán derecho a procesos de reunificación familiar más rápidos y sus allegados tendrán acceso al mercado laboral.
Se relajan también las condiciones para los refugiados que hayan demandado asilo en la UE, ya que a partir de ahora se les permitirá pedir la tarjeta azul en un país distinto al que les conceda la protección.
“Debemos hacer lo posible para mejorar la migración legal a Europa y, sobre todo, facilitar la llegada de trabajadores cualificados que contribuyan al desarrollo del continente”, dijo el eurodiputado del PSOE Javier Moreno Sánchez, ponente en la Eurocámara de esta normativa.
“En el futuro, queremos ir más lejos para que también trabajadores en empleos con salarios medios y bajos puedan aportar a nuestra sociedad igual que los titulares de la tarjeta azul”, añadió.
En 2019, último año del que se tienen datos, se concedieron en la UE 36.806 tarjetas azules, según la oficina de estadística de la UE, Eurostat.
Alemania fue el país que más concedió (28.858), mientras que España otorgó 79.
-EFE-