La supuesta red internacional de trasiego de sustancias controladas y lavado de activos por la cual se destapó la denominada Operación Falcón, financiaba candidatos políticos electos con el fin de buscar impunidad y protección en el desarrollo de sus actividades ilícitas.
Así lo revela el Ministerio Público mediante la solicitud de medida de coerción a los implicados en el caso, donde indica las tipologías utilizadas en la organización, la cual operaba en la República Dominicana y Puerto Rico.
Con estos métodos, la red internacional con destinos de la droga hacia Europa, Estados Unidos y Puerto Rico, logró movilizar más de tres mil millones de pesos, colocados tanto en el sector financiero, como en el sector no financiero, conforme al documento oficial del MP.
El documento detalla que, colocaban en el sector inmobiliario, a través de la adquisición de fincas, terrenos, villas, casas, apartamentos, edificios y locales comerciales, para uso y disfrute personal, dinero ilícito, armas de fuego y sustancias controladas, utilizando a su entorno familiar y personas jurídicas constituidas a los fines.
Asimismo, estratificaban el sector inmobiliario mediante la adquisición de terrenos donde luego se construían edificios y residenciales para los fines de venta y renta, utilizando constructoras e ingenieros que trabajan para la organización criminal.
«Utilización del sector financiero mediante la compra y venta de divisas, ya que el dinero que se mueve en el narcotráfico es en dólares, prestamos, sin la necesidad de crearlos para ir colocando el metálico o la gran cantidad de dinero en efectivo que le proporciona el tráfico internacional de drogas, pagados a corto plazo para justificar la adquisición de bienes tales como inmuebles y vehículos de alta gama, certificados financieros, transferencias entre las compañías para justificar transacciones comerciales», indica el MP.
También, realizaban actividades comerciales que por sus características permiten el lavado de activos, tales como: estaciones de combustibles, discotecas, dealers de vehículos y motores, rent car, ganadería, producción agrícola, ferretería y restaurantes.
Esta supuesta organización criminal colocaba grandes cantidades de dinero en mobiliario por su “fácil movilidad”, como son las obras de arte, vehículos de alta gama, relojes, joyas valiosas, y embarcaciones.
Por otro lado, dentro de las tipologías en el sector no financiero, se movilizaban en el área de juegos al azar, específicamente en las bancas de apuestas para justificar ganancias.
Así como también, representación de jugadores profesionales que eran contratados por firmas reconocidas del baseball para justificar los ingresos de dinero, a través de la compañía “Academia de béisbol Agramonte Torres SRL”.