El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, desafió este sábado una vez más las encuestas desfavorables que lo dan como perdedor del pleito electoral de 2022 y recibió un baño de masas en el Agreste Nordestino, tierra natal y fortín político de su adversario Luiz Inácio Lula da Silva.
Bolsonaro, que desde el viernes visita el estado de Pernambuco (noreste), encabezó una multitudinaria caravana de motociclistas que recorrieron los municipios de la árida y empobrecida región, entre las ciudades de Santa Cruz de Capibaribe y Caruarú y próximos del poblado de Caetés, donde nació el expresidente Lula da Silva.
La sensación del apoyo contrasta con los resultados de todas los sondeos de opinión que lo dan como derrotado frente a Lula en un eventual enfrentamiento en los comicios de octubre del próximo año, en los que Bolsonaro buscará reelegirse para un segundo mandato y su ponente volver al poder tras recuperar los derecho políticos.
Lula, que estuvo preso por crímenes de corrupción, cuyas sentencias fueron anuladas por la Corte Suprema que consideró que el juez que lo condenó, el exministro de Justicia Sergio Moro, no tenia jurisdicción competente para juzgarlo, recuperó sus derechos y se perfila como el principal rival de Bolsonaro en 2022.
El líder de izquierdas realizó la semana pasada una visita a varios de los estados de la región Nordeste, que siempre fue su fortín político, y, a diferencia de Bolsonaro y de lo que vaticinan los sondeos de cara a las presidenciales del próximo año, no tuvo el respaldo popular que siempre lo acompañó en el pasado en ese lugar.
La comitiva de Lula llegó a ser abucheada por detractores en hoteles y aeropuertos de Recife y otras capitales como Salvador (Bahía), Natal (Río Grande do Norte), Teresina (Piauí) y Fortaleza (Ceará), todas con Gobiernos regionales de izquierda.
A pesar de su criticada gestión frente a la pandemia del coronavirus, que en Brasil ronda los 21 millones de casos confirmados y las 583.000 muertes, parte de la población pobre pasó a simpatizar con Bolsonaro por su discurso populista contra el aislamiento social y un subsidio para 39 millones de personas.
MANIFESTACIONES
En su discurso en el Polo Comercial de Caruarú, la segunda mayor ciudad de Pernambuco, Bolsonaro volvió a utilizar el tono desafiante contra los poderes Judicial y Legislativo e insistió en las marchas convocadas para el próximo 7 de septiembre, Día de la Independencia.
“Los que osan no respetarnos serán colocados en su debido lugar. Mientras que los juristas buscan quién es el poder moderador de Brasil, yo les digo que el poder moderador es el pueblo brasileño”, manifestó.
“Hay uno o dos jugando por fuera de las 4 líneas de la Constitución. Nosotros jugamos dentro de las 4 líneas, pero el pueblo no puede admitir que ninguno de nosotros lo haga por fuera”, dijo Bolsonaro, sin referencia directa a los magistrados Alexandre de Moraes y Luis Barroso, con los que tiene una disputa.
“No podemos admitir que uno o dos hombres amenacen nuestra democracia y nuestra libertad”, completó.
Sobre los actos del 7 de septiembre, convocados en todo el país y con epicentro en la capital Brasilia y Sao Paulo, donde se espera la presencia de Bolsonaro en ambos lugares, el gobernante apuntó: “Todos oirán el clamor de ustedes. Yo autorizo a quienes apoyan”, sin especificar el tipo de autorización.
Sin embargo, a pesar del tono desafiante, Bolsonaro descarto la ruptura con el Judicial y el Legislativo, porque “la responsabilidad cabe a cada poder, para que analice la acción de esa personas que está perjudicando el destino de Brasil”.
Fuente: EFE