El aumento de desaparecidos durante los últimos días ha puesto en evidencia las debilidades del sistema de búsqueda y atención a los familiares. La Policía Nacional estimó que desde el 16 de agosto de 2020 al 16 de agosto de este año, 121 personas han sido reportadas con paradero desconocido, de las cuales han aparecido unas 69.
Sin embargo, la Comisión Nacional de Derechos Humanos maneja otras estadísticas. “Cuando usted busca las estadísticas por año se da cuenta de que en los últimos años estamos hablando de 1000 a 5000 desapariciones”, dijo el presidente del organismo, Manuel María Mercedes, a Nuria Investigación Periodística.
Según expertos, el auge se debe, entre otras causas, al COVID-19 y las situaciones que ha provocado. “El encerramiento alteró mucho la dinámica familiar y de pareja. Mucha gente que se quedó a trabajar desde su casa”, explicó José Miguel Gómez, psiquiatra. Así lo confirmó Mateo Castillo, padre de Anaury Misael Castillo, de 22 años de edad, un estudiante de término de derecho de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) que se desempeñaba como paralegal en un bufete de abogados y quien ya tiene un año y tres meses desaparecido, luego de que saliera de su casa ubicada en el kilómetro 15 de Las Américas, a hacer ejercicio. “Él tenía mucha ansiedad por el hecho en sí de ser una persona muy activa, muy dinámica, muy trabajadora y estudiosa. Al verse repelido de su trabajo porque estaban suspendidos los juzgados”, precisó.
Otro elemento a tomar en cuenta es el estrés por la situación económica y laboral post-pandemia. “Había una situación difícil porque un hombre que tiene cuatro hijos y no tiene trabajo”, declaró José Mena, padre de Yael Librado Mena Carrasco, un joven de 36 de años que duró más de 3 meses desaparecido hasta que finalmente fue encontrado el pasado jueves 26.
En ese sentido, José Miguel Gómez explicó que “en el caso de las personas jóvenes, en edades productivas, que desaparecen, muchos tienen situaciones de salud mental. Llámese una persona que está cursando por una depresión”. Con relación a los adultos mayores, señaló que entran en juego enfermedades mentales propias de la tercera edad como demencia senil y alzheimer.
Ese fue el caso de Rafael Jóvine Ceballo, de 76 años de edad, quien padece demencia senil, desapareció el 17 de agosto, cuando salió de su vivienda ubicada en Herrera con destino al sector El Cacique, y fue encontrado cinco días después. La salud mental de los desaparecidos no es la única que está comprometida, pues el impacto emocional que sufren los familiares y amigos también tiene graves consecuencias. “Es frustrante porque por tu cabeza pasa dónde está y hasta cierto punto tú te culpas porque tú dices que pude haber hecho para que eso no pasara”, afirmó Marilyn Jovine, hija de Rafael Jóvine y psicóloga forense.
“Esas familias están por un momento muy difícil: angustia, depresión, no duermen, ansiedad, desesperación, agonía”, expresó José Miguel Gómez.
A esto se suma el proceso que deben iniciar ante las autoridades para iniciar la búsqueda. “Su familiar, su allegado, su amigo, su vecino, cualquier persona de interés viene a poner la denuncia en la Policía Nacional. Con eso se hace la búsqueda, se inicia con el protocolo de acción que tiene la Policía Nacional”, expuso la teniente coronel Ana Jiménez Cruceta, vocera del Cuerpo del Orden.
Sin embargo, según lo denunciado por una amiga de Andy Iturbides, un actor que lleva 10 días desaparecido, las autoridades no desempeñan la labor de búsqueda con tal eficiencia. “Hay que matarse buscando contactos para que te escuchen porque Andy no tiene apellido, no es hijo de un poderoso de aquí”, expresó en un video colgado en sus redes sociales.
El Cuerpo del Orden niega estos cuestionamientos sobre el proceso de investigación y búsqueda. “No hay un caso de apellido, no hay un caso sin apellido. Para nosotros, la Policía Nacional, para el Departamento de Investigaciones de Desaparecidos, todos los casos son importantes y desde que la Policía Nacional tiene conocimiento empieza a trabajar en la búsqueda de ellos”, aclaró la vocera de la institución.
Pese a que el plazo de 24 horas para que una persona sea declarada por las autoridades como oficialmente desaparecida es ampliamente conocido y es uno de los principales cuestionamientos de los afectados, la Policía Nacional lo desmiente.
“No deben transcurrir ninguna hora. Inmediatamente una persona se acerca a la Policía Nacional e informa que su familiar se encuentra ausente se activa el protocolo de acción del Departamento de Investigación de Desaparecidos”, dijo la teniente coronel Jiménez Cruceta.
En base a lo que establece el protocolo del Departamento de Investigaciones de Desaparecidos, se hace el recibimiento de la denuncia acompañado de una persona que va a escribir el caso, o sea el escribiente y el oficial del día que escucha al denunciante.
“La respuesta yo no te puedo decir que fue mala. El problema es la falta de instrucciones a ellos. El que recibe la denuncia debería tener otro tipo de preparación y recursos”, afirmó Marilyn Jóvine.
La Policía Nacional destacó que cuenta con un personal especializado para tratar los casos, incluyendo un psicólogo para asistir a los familiares debido al estado de desesperación y angustia en el que se encuentran. Sin embargo, los afectados consultados por Nuria Investigación Periodística dijeron no haber recibido este tipo de asistencia.
De su lado, la Comisión Nacional de Derechos Humanos propuso crear un Departamento Nacional de Investigación de Personas Desaparecidas para que las familias de todas las provincias que enfrenten una situación de este tipo puedan recibir una respuesta adecuada y eficiente. Sin embargo, la Policía Nacional aseguró que el Departamento de Personas Desaparecidas, adscrito a la Dirección de Investigaciones Criminales (DICRIM), tiene presencia en todo el país. “Somos 39 mil y pico de policías que estamos al frente, inmediatamente pasa la alerta que se genera. Por ejemplo, una persona es reportada desaparecida en Santiago, no sólo se busca en Santiago. Con esa alerta que se genera, se va a buscar a nivel nacional”, detalló.
Según las impresiones recogidas, estos policías resultan insuficientes, pues son los mismos afectados, quienes con los pocos medios que tienen a su alcance intentan localizar a sus parientes.
