Afganistán, más de 3 milenios de ocupaciones, luchas sangrientas y ensayos fallidos de un estado - N Digital
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Afganistán, más de 3 milenios de ocupaciones, luchas sangrientas y ensayos fallidos de un estado

Los primeros pobladores del territorio de Afganistán fueron tribus nómadas que se establecieron en las montañas afganas hacia el año 1500  AC.

Los más grandes imperios de la humanidad han ocupado ese territorio. El primero en hacerlo fue el Persa, en el siglo sexto AC; posteriormente Alejandro Magno y los griegos, turcos, Los Mongoles y en tiempos más modernos, Gran Bretaña, Rusia y recientemente Estados Unidos.

Las religiones budista, cristiana y el islam también han hecho su escala en el país de Asia Central. Al igual que los más variados sistemas de gobierno, desde monarquía, socialismo, fundamentalismo y un ensayo de democracia.

Con posterioridad toda la zona estuvo dominada por los bactrianos y los kushanas, de creencias budistas.
El Islam penetró en el país hacia mediados del siglo VII de la mano de los turcos, que dominaron el territorio hasta la irrupción de los mongoles de Gengis Khan, que dominaron gran parte de la zona que hoy es Afganistán, mientras el resto del territorio era dominado por los persas safawíes.
La moderna nación afgana tuvo su origen en el siglo XVIII cuando Ahmad Sha Durrani logró unificar a todas las tribus en 1747 y combatió a persas e indios logrando establecer una monarquía que reinó hasta 1973.
Durante el siglo XIX el país fue atacado por los persas ayudados por Rusia, que buscaban su expansión hacia el océano Indico.

Gran Bretaña, para evitarlo, envió tropas, restableció la situación y nombró a gobernantes que simpatizasen con su causa. Pese a ello, las tribus afganas jamás aceptaron la presencia inglesa y hostigaron a los invasores.

Tras diversos enfrentamientos bélicos, los afganos lograron recuperar su soberanía nacional en 1921.

En 1973 un golpe militar encabezado por Muhammad Daoud Kan derrocó a la monarquía e instauró la República.
En 1979, para apoyar al gobierno comunista, la Unión Soviética invadió el país, y como consecuencia de ello se produjo una guerra civil entre el gobierno prosoviético y la guerrilla islamista.

En 1986 la CIA en colaboración con Pakistán y Arabia Saudí, recluta radicales islámicos de todo el mundo para unirse a la batalla de los muyahidin contra los soviéticos. Bin Laden participa.

Entre 1986 y 1989 se produjo la retirada del ejército soviético, si bien ello no supuso el fin de la confrontación, ya que comenzaría una guerra civil entre las facciones muyahidin.

En abril de 1992 el presidente Mohamed Najibulá abandonó el poder y, en septiembre del mismo año, se formó un gobierno de coalición entre las facciones guerrilleras.

En 1996 la facción de los talibán toma Kabul y establece un gobierno fundamentalista.
Desde la toma del poder de los talibanes, el país está regido por un férreo fundamentalismo político y religioso, mientras algunas facciones guerrilleras opuestas siguen hostigando al gobierno.
Osama Bin Laden proclama en 1998 la Fatwa: todo musulmán tiene el deber de matar a norteamericanos y a sus aliados.

FUNDAMENTALISMO (1992-2001)

En 1992, el país quedó dividido entre señores de la guerra, jefes militares que provenían de los muyahidines o del antiguo Ejército profesional, al mando de milicias que luchaban contra señores rivales.

A finales del mes de octubre de 1994, la facción de los Talibanes surgió en la provincia sureña de Kandahar en el rescate de un convoy paquistaní capturado por el ejército afgano y prevaleció a partir de 1996. En febrero de 1995, el líder del grupo Hezbi islami, Gulbudin Hekmatiar es derrotado por la nueva milicia en las mediaciones de Kabul. La aparición de este nuevo grupo guerrillero frustra el plan de paz de la ONU que consistía en que el presidente afgano Burhanudin Rabbani entregará el poder y se constituyera una asamblea de los líderes guerrilleros.

La salida de Gulbudin Hekmatiar fue un alivio para el presidente de Afganistán que después declaró haber ayudado a los talibanes a derrotar a Hezbi islami. El apoyo le costaría caro a Burhanudin Rabbani, pues los talibanes en menos de un mes de haber derrotado al grupo guerrillero más importante de la insurgencia, emprende el ataque contra Kabul. ​Sin embargo, el primer intento para tomar la capital y derrocar al gobierno de Burhanudin Rabbani fracasa. Las tropas oficiales hicieron retroceder a los talibanes hasta su cuartel general ubicado en la ciudad de Charasyab, 25 kilómetros al sur de Kabul, y toman la ciudad obligando a la nueva milicia a huir al sur. ​

Sin embargo, con la toma de la ciudad de Herat los talibanes resurgen y le propinan un duro golpe al gobierno de Afganistán​ y vuelven a preparar un nuevo ataque a Kabul. ​La resistencia oficial es dura y recupera la ciudad de Herat. ​Durante la ofensiva contra Kabul, los talibanes capturan a muchos soldados afganos. ​

Kabul se convierte en un escenario bélico de bombardeos y ataques con cohetes. Hay muchas bajas civiles. Burhanudin Rabbani y Gulbudin Hekmatiar convocan a una alianza para integrar un nuevo gobierno y hacer frente a la amenaza de los talibanes. ​A pesar de este esfuerzo político, los avances de la nueva milicia no cesan, pues los talibanes toman la ciudad de Jalalabad y tienen bajo control a la mitad del país. ​En el mes de septiembre de 1996 se apoderan de la provincia de Kunar, que se ubica en la frontera con Pakistán. ​

Con más de la mitad del país bajo su control, los talibanes se dirigen de nuevo a Kabul. En este nuevo intento, las fuerzas gubernamentales sucumben ante la nueva insurgencia. Los talibanes no son recibidos con entusiasmo por la población y asesinan al expresidente Mohamed Najibulá, cuyo cadáver es exhibido al pueblo. ​

Desde entonces el nuevo régimen impuso unas normas que restringieron severamente la libertad de las mujeres (como la obligación de usar el burka). Estas medidas de control llegaron a tal extremo que las ventanas de las casas debían prepararse para que nadie pudiera ver a las mujeres de la casa desde el exterior. Estaban obligadas a usar zapatos silenciosos y no podían expresarse libremente.

Durante los años del gobierno talibán, las mujeres tuvieron prohibido trabajar o salir a la calle sin la compañía de un hombre de su familia. Las mujeres con una carrera profesional, como médicos o abogadas, perdieron sus trabajos y se mantuvieron recluidas en sus casas. La consecuencia directa fue que las familias donde no había ningún varón que aportara un sueldo estaban abocadas a mendigar o morir de hambre. Además, los hospitales y la atención sanitaria para mujeres eran escasos, ya que los médicos varones no podían atenderlas. Los casos de depresión aumentaron de forma alarmante entre las mujeres, al igual que el número de suicidios. Muchas mujeres prefirieron quitarse la vida antes que vivir en la opresión y la injusticia. Las mujeres que vestían de forma incorrecta eran azotadas de forma pública. ​

La Universidad de Kabul, después de la victoria de los talibanes, reabre sus puertas a principios del mes de marzo de 1997, sin alumnas ni profesoras. El nuevo régimen no permite la participación de las mujeres en el campo laboral, excepto en la medicina. Ante esa situación, el Director General de la UNESCO, Francisco Mayor, expresa su preocupación de que las mujeres sean excluidas de la educación superior.

Las mujeres no fueron las únicas que vieron su libertad restringida. También los bebedores ocasionales y consuetudinarios de alcohol tuvieron ante sí la amenaza de morir colgados si consumían cualquier bebida embriagante. ​ Los jugadores de apuestas también fueron humillados y catigados por el nuevo gobierno. ​ El colmo de todas las prohibiciones fue el no permitir a los habitantes de Kabul abandonar la ciudad.

El trato que los talibanes daban a las mujeres afganas fue motivo de fuertes observaciones y protestas internacionales. ​

A pesar de sus éxitos rotundos los talibanes no pudieron controlar de forma inmediata el norte del país. A principios de octubre de 1996, las fuerzas del señor de la guerra uzbeko, Abdul Rashid Dostum y fuerzas leales al gobierno depuesto le propinan un gran revés a los talibanes en el valle de Panshir, donde doscientos de sus militantes pierden la vida. ​ Después de este tropiezo, los talibanes pierden la iniciativa y las fuerzas leales al gobierno depuesto, comandadas por el general Ahmed Sha Masud salen del valle del Panshir con la consigna de avanzar hacia Kabul. Las fuerzas de Ahmed Sha Masud logran hacer retroceder a los talibanes a Kabul y les ordena a estos abandonar la capital, a lo cual se resisten y presentan una fuerte resistencia. Durante estas luchas, los talibanes pierden la base aérea de Bagran, ubicada a 60 kilómetros al norte de Kabul. Ya en la entrada de Kabul, los talibanes y las fuerzas de Ahmed Sha Masud libran intensos combates donde el atacante busca dominar los puntos de ingreso a la ciudad​ La ONU, por medio de su enviado especial, Norbert Holl, hace sus mayores esfuerzos por evitar que los combates sigan en desarrollo y que el caos siga cundiendo en el lugar.

l enviado de la UNESCO, Pierre Lafrace, fracasa en sus negociaciones para evitar la destrucción de las estatuas. Aunque no hay certeza sobre el estado de las estatuas, los hindúes radicales queman el Corán en la India Después de la amenaza inminente, la información sobre la situación de las estatuas sigue siendo confusa y hasta contradictoria.313

El 10 de marzo de 2001, el comandante Ahmad Shah Masud, confirma la destrucción total de los colosos de Bamiyan con misiles antiaéreos, tanques y dinamita. ​ Aunque la comunidad internacional se sigue movilizando, los talibanes afirman que las estatuas ya están destruidas a un 80 %,​ y le confirman a Kofi Annan, el Secretario General de la ONU que ya está consumada la destrucción. ​ Las reacciones internacionales no se hicieron esperar. El director general de la UNESCO, Koïchiro Matsuura, condenó dicho acto y lo calificó como crimen contra la culturaFue así como unas reliquias de aproximadamente 1500 años de antigüedad fueron destruidas por un gobierno extremista ante la impotencia internacional​. La consumación de la amenaza del Mulá Mohamed Omar fue difundida después al mundo por la cadena de noticias CNN.​

INTERVENCIÓN DE LA OTAN (DESDE 2001)

En 2001, Estados Unidos y sus aliados invadieron Afganistán con el objetivo de desmantelar la organización paramilitar internacional Al-Qaeda, responsable de los atentados a las Torres Gemelas. Derrocaron fácilmente a los talibanes, pero estos pasaron a la resistencia en una guerra que continúa en curso.

El primer ministro británico, Tony Blair, se reúne con los principales líderes europeos para coordinar el apoyo militar a Estados Unidos, en su residencia oficial de Downing Street a principios del mes de noviembre de 2001. El primer ministro británico fue un protagonista muy importante para convencer a los demás líderes europeos para participar en Afganistán.

La cadena de televisión italiana RAI ―con la frase «Italia está en guerra»― anuncia que la Casa Blanca ha aceptado la contribución de Italia que consiste en recursos humanos y aviones para la Operación Libertad Duradera. ​

Pero esta iniciativa de Tony Blair de formar un gabinete de guerra en Londres indigna a varios miembros de la Unión Europea que reclaman que esa propuesta debió de haberse discutido en el seno de la Unión Europea.

Durante los bombardeos aliados sobre Afganistán hay muchas bajas civiles, a pesar de ello, los estrategas occidentales proponen intensificar los ataques ya que consideran que los talibanes siguen manteniendo mucha fuerza.Mientras tanto los civiles huyen de las principales ciudades de Afganistán.

Después de casi una década de guerra en Afganistán, la OTAN sigue enfrentando a una resistencia bastante fuerte que por medio de toda clase de ataques busca aniquilar a sus tropas. Según Wikileaks, hay informes de inteligencia que muestran que Irán, Corea del Norte y Argelia apoyan a la insurgencia afgana. ​

A principios del mes de octubre de 2012, un atacante suicida en una motocicleta logra detonar una bomba que aniquila a tres miembros del ISAF y a otras once personas, lo que muestra que la resistencia afgana no se ha debilitado.

EL PODER Y LA DEMOCRACIA EN AFGANISTÁN

La ONU, Estados Unidos y Rusia diseñan un gobierno para Afganistán. ​ El presidente de Pakistán, Pervez Musharraf, advierte que si las facciones étnicas y tribales no actúan inmediatamente para formar un gobierno, Afganistán corre el riesgo de caer en la anarquía, ante la sorpresiva entrada de las tropas de la Alianza del Norte en Kabul, el presidente pakistaní manifiesta su sorpresa al ver que la coalición internacional no tiene un plan para establecer un gobierno multiétnico​ y pide una fuerza de paz internacional y que se diseñe un proceso de desmilitarización.

Durante su gobierno provisional, Hamid Karzai prometió a los líderes tribales de Afganistán reunidos en Kabul, restablecer la seguridad en la región. ​ En su gabienete provisional incluye al uzbeko, Abdul Rashid Dostum, que se distingue por cambiar de bando rápidamente. ​

A finales de 2003, la Comisión Constitucional presenta un borrador de la Constitución donde se prevé un estado islámico y democrático.

Se inaugura entre muchas tensiones la Gran Asamblea Afgana o la Loya Jirga​ y con el apoyo de los principales señores de la guerra, los miembros del gabinete provisional y el exrey Mohamed Zahir Shah, el presidente provisional Hamid Karzai se mantiene en el cargo. Hamid Karzai, en la presidencia reparte el poder entre las facciones para lograr la estabilidad de Afganistán. Estados Unidos insiste en que debe respetarse el calendario establecido en los Acuerdos de Bonn y que deben efectuarse las elecciones presidenciales en Afganistán en 2004.

Hamid Karzai se convierte en el primer presidente elegido democráticamente en Afganistán en las pasadas elecciones del 9 de octubre de 2004. ​

La puesta en práctica de la democracia no es fácil e implica muchos riesgos para quienes se esfuerzan por llevarla a cabo. En las elecciones legislativas del 2010, los talibanes secuestraron a treinta empleados de la Comisión Electoral.

Las consecuencias de la prolongación de la guerra multinacional en Afganistán en los gobiernos de Occidente

A finales de 2006 la ministra francesa de Defensa, Michèle Alliot-Marie, declara que las tropas especiales francesas se retiran de Afganistán. ​ La prolongación del conflicto y la crisis financiera convierten a la opción del retiro de las tropas de Afganistán en una promesa de campaña de François Hollande. ​

George Brown al defender la guerra en Afganistán se gana el rechazo de la opinión pública. The Independent hace un sondeo que revela que más de la mitad de los británicos cree que la guerra no se puede ganar. ​ El récord en bajas de soldados británicos en Afganistán ha bajado el ánimo de la opinión pública. ​ La participación británica en Afganistán ha sido punto de fuertes discusiones entre conservadores y laboristas y se ha convertido en un tema electoral. ​

En Alemania hasta finales de 2008 el Bundestag brindaba todo su apoyo a la Canciller Angela Merkel​ hasta que surgió el escándalo de la información oculta sobre hechos de guerra que le arrebató sus puestos al Jefe del Estado Mayor Alemán, al Secretario de Defensay hasta al ministro alemán de trabajo, Franz Josef Jung, ​ por lo que la canciller Angela Merkel y su ministro de Defensa, Karl Theodor zu Zuttenberg, son convocados a declarar ante una comisión de investigación parlamentaria sobre la masacre ocurrida en la provincia afgana de Kunduz. ​El presidente federal de Alemania, Horst Köhler presenta su dimisión debido a unas declaraciones sobre la guerra de Afganistán hechas para la emisora pública Deutschland Radio. El tema de la guerra de Afganistán provoca división y desgaste en el gobierno de Angela Merkel​

La participación de Holanda en Afganistán ha provocado una crisis política en el gobierno. El debate sobre el futuro de las tropas holandesas en Afganistán, entre democristianos ―que son partidarios de que las tropas neerlandesas permanezcan en la provincia de Uruzgán― y los laboristas ―que pugnan por el retiro inmediato― conducen a una profunda crisis al gobierno de Jan Peter Balkenende. ​

La muerte de seis paracaidistas italianos en Kabul debido a un atentado talibán provoca una profunda división en el gobierno italiano, donde voces como la de Umberto Bossi, líder de la Liga Norte, exigen el retorno de tres mil militares italianos antes de fin de año. ​

En España debido a la crisis financiera europea, varias voces de la opinión pública comienzan a cuestionar los costos en vidas humanas y financieros de la participación española en la guerra de Afganistán. ​ La crisis financiera y los ajustes presupuestarios provocan que los recursos para las misiones de paz salgan del fondo de imprevistos.

​ Este tema provocó debates entre Mariano Rajoy y José Luis Rodríguez Zapatero​ y entre los políticos del PP y el PSOE. Los representantes de la izquierda española han solicitado un calendario de salida de las tropas españolas de Afganistán. ​

Esfuerzos para la pacificación de la región y primeros pasos para el retiro de las fuerzas multinacionales en 2014

John Chipman, director del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos IISS, pronostica que las estrecheces presupuestarias afectarán a las futuras misiones de paz en Afganistán. ​

El vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, asegura en Bruselas ante aliados de la OTAN que merece la pena negociar con los talibanes. ​

A principios de 2010 la Comunidad Internacional manifestó su apoyo para que se efectúe una conferencia de paz con los talibanes. El mediador de dichas negociaciones sería el rey de Arabia Saudí, Abdalá bin Abdelaziz. Se planea constituir un fondo internacional para convencer a los talibanes de base, de dejar las armas a cambio de empleo y tierras. ​ El general Stanley McChrystal, jefe de las Fuerzas de Asistencia a la Seguridad, ISAF; el primer ministro británico Gordon Brown y el presidente afgano Hamid Karzai ofrecen abrir canales de negociación con los rebeldes afganos.

La Comunidad Internacional constituirá un fondo de 350 millones de euros en cinco años para financiar los planes del presidente Hamid Karzai para reintegrar a la sociedad afgana a todos los talibanes que opten por dejar las armas y no pertenezcan a una organización terrorista. Los rebeldes afganos manifiestan su escepticismo sobre la conferencia de Afganistán efectuada en Londres y manifiestan que la única solución es el retiro de las tropas internacionales.

Hamid Karzai crea una comisión encabezada por su ministro de justicia, Mohamad Sarwar Danish, para revisar las condenas de los talibanes que permanecen en las prisiones.

Después de meses de conversaciones secretas los talibanes anuncian ―a principios de 2012― la apertura de su oficina política en Catar, lo que es una muestra de su disposición a dialogar con la comunidad internacional. ​

La OTAN busca reducir el número de soldados en Afganistán durante 2013 y el retiro total de sus tropas en 2014. Dicho plan inicia en la provincia de Bamiyan el mes de julio de 2011. En 2012 las tropas de la OTAN se integrarán en batallones dentro del Ejército Nacional de Afganistán con el objeto de que el país adquiera su soberanía total en el año 2014.

Varias potencias aliadas de Europa han tomado la decisión de retirarse antes del 2014.

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