Da para una telenovela en Brasil, pero la historia es real.
Flordelis dos Santos de Souza, pastora evangelista y ahora exdiputada por el Partido Social Democrático de Brasil, está acusada de diseñar un elaborado plan para asesinar a su esposo, el también pastor evangélico Anderson do Carmo, que incluyó varios intentos fallidos de envenenamiento.
Según el Ministerio Público de Río de Janeiro y la Policía de la ciudad, el suministro de arsénico comenzó en mayo de 2018 y culminó el 16 de junio de 2019 cuando do Carmo fue víctima de 30 balazos en la puerta de la casa en que ambos vivían en Río de Janeiro.
Las investigaciones llevaron a acusar a de Souza del asesinato, que habría obedecido a disputas financieras entre ambos y en cuya planificación habrían participado siete de los 55 hijos (51 de ellos adoptados) que tiene la pastora, fundadora de la Comunidad Evangélica Ciudad del Fuego.
La mujer está imputada por homicidio calificado, asociación delictiva, falsedad ideológica y documental, así como por intento de homicidio.
De Souza no ha sido arrestada hasta ahora porque estaba protegida por los fueros parlamentarios, aunque llevaba puesto un brazalete electrónico en el tobillo desde que fue acusada hace un año.
Pero este miércoles 11 de agosto se produjo un vuelco en la situación de De Souza que podría dejarla tras las rejas.
La Cámara Baja del Congreso de Brasil votó a favor de la expulsión de la legisladora con 437 votos a favor y apenas siete en contra.
En su último discurso en el Congreso el miércoles, al defenderse de las acusaciones, de Souza pidió que la juzgue el pueblo.
“Aquí me trajo el pueblo. Sé que soy inocente y lo probaré. Pero permítanme ser juzgada por el pueblo y, si fuera el caso, retirada de este lugar por el pueblo”, declaró poco antes de la votación que la destituyó del cargo.
El crimen
El esposo de De Souza, el pastor Anderson do Carmo, fue asesinado a tiros alrededor de las 3:30 de la madrugada del 16 de junio de 2019. Ocurrió en el garaje de su casa en el barrio de Pendotiba, en Niterói.
Acababa de llegar y lo acompañaba su mujer.
El pastor fue trasladado al Hospital D’Or de Santa Rosa de Niterói, pero no pudo reponerse de sus heridas.
Horas después del crimen, De Souza dijo que su esposo había muerto en un asalto.
Al día siguiente, uno de los hijos biológicos de la diputada, Flávio dos Santos, fue detenido en el funeral de su padrastro.
La policía dijo entonces que había una orden de arresto contra él por violencia doméstica.
Poco después, Lucas dos Santos de Souza, hijo adoptivo de la pareja, también fue detenido por haber comprado la pistola utilizada en el crimen por unos US$1.425.
El arma fue encontrada por la policía en la habitación de Flávio, en la casa de la diputada, el día 18.
Dos días después, admitió a la policía que había matado a su padrastro.
Lucas y Flávio fueron acusados en agosto de 2019 por homicidio triple calificado (motivo deshonesto, cruel e indefensión de la víctima).
Pero pese a la confesión de los autores materiales, las investigaciones policiales continuaron y las autoridades empezaron a encontrar inconsistencias en los testimonios de los familiares de la víctima.
Según la denuncia presentada por los fiscales de Río de Janeiro, De Souza “diseñó toda la operación criminal, preparó, alentó y convenció a otros imputados a participar en el asesinato”.
La mujer habría decidido asesinar a su marido porque mantenía un estricto control de las finanzas de la familia y no permitía que se concedieran privilegios a los familiares más cercanos a ella.
El fiscal Sérgio Luiz Lopes Pereira dijo en rueda de prensa que De Souza le habría dicho a uno de los niños que no podía divorciarse de Anderson, para no “violentar el nombre de Dios”.
Pero antes de que el pastor muriera asesinado, la mujer ya habría ideado un plan para envenenar a Anderson con arsénico, un químico tóxico que casi no tiene olor ni sabor.
En la denuncia, el fiscal de Río de Janeiro dice que ha identificado al menos seis intentos de envenenamiento, pero reconoce que la cifra de tentativas podría ser mayor.
El veneno se colocó en las comidas y bebidas de la víctima sin que este se diera cuenta, “continua y sucesivamente”, “en dosis pequeñas que de forma acumulada podían ser eficaces”.
Pero Anderson no murió porque contaba con un “eficaz seguro médico-hospitalario” y en seis ocasiones acudió al hospital, según los investigadores.
Finalmente, el pastor fue asesinado con más de 30 disparos cuando llegó a su casa en la madrugada del 16 de junio de 2019.
Las autoridades creen que la esposa presuntamente dio el dinero que se utilizó para comprar la pistola e informó de que su esposo ya estaba en casa.
Los fiscales también afirman que la víctima no pudo defenderse porque fue atacado por sorpresa en el garaje de su casa, mientras “vestía sólo su ropa interior”.
“El imputado se aprovechó de las relaciones domésticas y la convivencia entre ellos para realizar el delito, ya que el hecho de vivir en la misma residencia que la víctima sirvió para llevar a cabo el crimen de una forma más sencilla”, dice la denuncia.
De Souza y dos de sus hijos también están acusados de intentar engañar a los investigadores.
En una carta, Lucas confesó haber realizado los disparos instigado por otros dos hijos de la pareja, Wagner Andrade Pimenta y Alexsander Felipe Matos Mendes.
Pero, según los fiscales, Flordelis dos Santos de Souza y Flávio le habrían ordenado que escribiera la confesión culpando a sus hermanos.
El objetivo sería el de vengarse de Wagner y Alexsander porque no habrían aceptado callar ni mentir en las declaraciones a la policía.
Adriano dos Santos, hijo de la exdiputada, también habría colaborado, así como el expolicía Marcos Siqueira, en prisión desde 2005, y su esposa, Andrea Santos Maia, quien medió en las comunicaciones entre Flávio y Dos Santos de Souza con Lucas cuando visitaba a su esposo en la prisión.
El abogado Anderson Rollemberg aseguró a los periodistas el año pasado que la congresista es inocente y declaró que el resultado de la investigación es un “gran error”.
Los abogados Carlos Henrique Soares Melo y George de Farias, que representan al expolicía Marcos Siqueira y su esposa, dicen que la detención de Andrea es innecesaria porque colaboró con las investigaciones al presentar a la policía cartas y notas que iban dirigidas a los acusados.
Además, se dice que las imágenes de la cámara de seguridad del penal donde se hospedaba el expolicía demuestran que no tuvo contacto con Lucas.
Flávio y Lucas, los hijos de la exdiputada, están detenidos. El primero porque fue el autor de los disparos y el segundo porque colaboró con el asesinato.
Flávio también está acusado de intentar entorpecer las investigaciones.
Otros seis familiares de De Souza están detenidos:
- Adriano dos Santos (hijo): colaboró con la carta que pretendía engañar sobre los colaboradores del delito acusando falsamente a sus hermanos
- André Luiz de Oliveira (hijo): colaboró en los envenenamientos y el asesinato
- Carlos Ubiraci Francisco da Silva: colaboró en los envenenamientos y el asesinato
- Marzy Teixeira da Silva (hija): colaboró en los envenenamientos y el asesinato
- Simone dos Santos Rodrigues (hija): colaboró en los envenenamientos y el asesinato
- Rayane dos Santos Oliveira (nieta): colaboró con el asesinato.
También fue arrestada Andrea Santos Maia, esposa del expolicía Marcos Siqueira, quien ya se encontraba en prisión. Ambos habrían colaborado con el intento de engañar a los investigadores.
*Este artículo fue escrito por el periodista de BBC Brasil Rafael Barifouse originalmente el 27 de agosto y actualizado el 12 de agosto de 2021 con motivo de la expulsión de la diputada de Souza del Congreso brasileño.