“Ser feliz” es uno de los deseos más repetidos y universales, junto al “tener salud” o “tener dinero”. La felicidad y la alegría son sentimientos que van cogidos de la mano, aunque no son exactamente lo mismo: se considera que la alegría es momentánea y que la felicidad perdura un poco más en el tiempo.
Sea como sea, tanto la alegría como la felicidad son muy importantes en nuestras vidas. Por ello, desde el año 2010 se celebra cada 1 de agosto el Día Mundial de la Alegría. Esta efeméride fue propuesta por el ciudadano colombiano Alfonso Becerra, quien expuso su idea en el Primer Congreso de Gestión Cultural Chileno.
A esta fecha se le suma la del Día Mundial de la Felicidad, celebrado desde 2013, o la del Día Mundial de la Sonrisa, aunque todas con el mismo objetivo: reflexionar sobre la importancia de la alegría en nuestras vidas y sus efectos sobre la salud y el bienestar.
La alegría tiene muchos beneficios para la salud mental y física de las personas. Además, se trata de una emoción que no está ligada a los bienes materiales, sino que justamente consiste en apreciar las pequeñas cosas de la vida cotidiana.
Podríamos resumir su importancia para la salud en estos siete puntos:
Disminuye el estrés y la ansiedad, los trastornos mentales más frecuentes del mundo. Está comprobado que estas condiciones no afectan de la misma forma a las personas alegres y viceversa, las personas que sufren mucho estrés tienen más dificultades para sentir esta emoción.
Las personas alegres tienen un rendimiento académico y laboral superior. Por ello, cada vez es más frecuente que los departamentos de recursos humanos incorporen distintas prácticas para aumentar la felicidad de sus trabajadores.
La alegría también hace que tengamos una mayor autoestima y fortaleza, porque potencia los pensamientos positivos. Por ello, tenemos una mejor autoimagen lo que, a su vez, nos da la fuerza necesaria para afrontar los problemas con energía.
Las emociones positivas como la alegría también ayudan a conciliar el sueño de forma más rápida y a tener descansos reparadores.
También se dice que la alegría y las emociones positivas mejoran el sistema inmune de las personas.
La risa, asociada a la alegría y la felicidad, tiene muchos efectos positivos: baja la presión arterial, tiene un poder analgésico y contribuye al ejercicio físico (¡con cada carcajada movemos 400 músculos!).
La alegría es contagiosa y no hay nada mejor que compartirla para que cada vez más personas gocen de sus beneficios.
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