Juegos Olímpicos de Tokio, la importancia de los médicos

La situación pandémica ha supuesto un problema para los deportistas de élite. La Jefa de Servicios Médicos del Comité Olímpico Español, Manuela González Santander, describe la situación a la que se enfrentan y la labor de los profesionales sanitarios en esta gran competición.

La revista del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM), “Médicos y Pacientes”, se ha interesado por la salud de los participantes tras un año y medio devastador para el deporte, que llevó al aplazamiento por un año de los Juegos. De 2020 cuando estaban previstos a 2021.

Habla la doctora Manuela González Santander, especialista en Medicina del Deportes y jefa de servicios médicos del Comité Olímpico Español, quien dirige los grupos multidisciplinares que ayudan a mantener la salud física y mental de los deportistas.

“Es una gran ventaja porque abarca muchas mas áreas en las que el deportista puede tener un problema”, señala.

En el mundo del deporte es muy habitual trabajar con equipos multidisciplinares: entrenadores, preparadores físicos, nutricionistas, fisioterapeutas, y, obviamente, médicos. Pero, ¿cómo se gestiona para que en estos equipos trabajen todos en la misma dirección y totalmente coordinados?

El Comité Olímpico Español divide su trabajo en dos partes: la preparación y la competición. Las propias federaciones cuentan con una parte del proceso que recae en sus servicios médicos y otra parte en los centros de Medicina, como la Agencia Española de la Protección de la Salud en el Deporte (AEPSAD).

Otra de las funciones que desempeña la doctora junto a sus equipos es el apoyo externo. Algunas federaciones carecen de sus propios servicios médicos por lo que desde el propio Comité Olímpico se presta ayuda.

Estos sanitarios llevan un seguimiento constante de sus pacientes. Cuanto mas frecuente y cerca se esté de la salud del deportista, mejor será su situación y el tratamiento de las patologías.

“Los asesoramos o intentamos valorar y diagnosticar aquellas problemáticas que puedan estar surgiendo y que el profesional médico que está a pie de pista con el deportista conoce de primera mano”, precisa la doctora.

Cuatro años pre-olímpicos

Durante el periodo de una competición, los dos estamentos fundamentales en el seguimiento del deportista participan conjuntamente para dar apoyo.

Los centros de Medicina preparan el equipo médico que llevará la asistencia del deportista y focalizan su actividad en el apoyo durante todo el periodo de preparación.

Las necesidades médicas, como la medicación, el nivel de las instalaciones, de la fisioterapia, de las necesidades que puedan requerirse desde el punto de vista sanitario, se estructuran de tal forma que es “imprescindible para el buen desarrollo de la competición”.

Aunque sea un año complicado para volver a los grandes eventos, la doctora tiene claro que estos JJOO en Tokio “van a ser una experiencia única”.

Relación médico-paciente

La confianza es clave. En las situaciones difíciles dentro de las competiciones, la confianza es esencial para conocer en profundidad las dolencias del paciente.

Si yo voy a una competición y no conozco a ninguno de los deportistas, es mucho más complicado que tengan esa confianza de decirme a mí como médico: mira, parece que me encuentro un poco raro”, apunta.

La psicología deportiva también es un punto a tener en cuenta. En ciertos momentos, el deportista puede necesitar un especialista para manejar esa situación.

“La salud mental no es tan fácilmente objetivable como una anemia o una lesión muscular, donde haces una analítica o una ecografía”.

Dichos signos son de suma importancia a la vista de los médicos. El rendimiento no solo depende del estado físico, también, y mucho, del estado anímico.

Las secuelas de la pandemia

La jefa médica del Comité Olímpico Español destaca lo importante que son los elementos que determinan una buena relación médico-paciente.

La salud física y mental de estos profesionales del deporte ha supuesto un problema en el ámbito de la pandemia y los JJOO se presentan como una de las particularidades a las que se tendrán que enfrentar.

“El deporte de alta competición es una actividad de alta exigencia, el médico lo que hace es valorar vigilar y manejar esa alta exigencia que requiere el deportista, pero no deja de ser su médico de cabecera”, indica.

Para un deportista de élite el deporte es su trabajo. La función de sus médicos se centra en el tratamiento de las patologías que pueden sufrir, pues “el deporte de alta competición no es salud, es una exigencia máxima física y mental”.

La reincorporación a la vida “normal” de los altos deportistas ha supuesto una gran dificultad. Algunos de ellos han pasado la covid y sus secuelas.

Las mascarillas, el escudo protector ante la covid, también ha supuesto problemas en el rendimiento.

Los deportistas entrenan y aguantan, pero cuando llevan media hora “es difícil mantener el mismo nivel de actividad que sin mascarilla”.

Esto acaba llevando a un mayor distanciamiento de los compañeros, problema principal de los “deportes con mayor contacto como pueden ser la lucha o el judo”.

Los límites existen

Los deportistas de alta competición dan su 100 % cuando compiten. Su fin es alcanzar su “máxima prestación” y por lo tanto es difícil frenar su ritmo de entrenamiento.

La doctora González narra durante la entrevista una de las situaciones mas recientes a las que se ha tenido que enfrentar: decir “NO” a una competición.

“Hace quince días una deportista que tenía que salir hacia una competición importante tenía una lesión que había aparecido tres o cuatro días antes; lo habían intentado solapar porque tenía la competición la semana siguiente y dos días antes de la competición tuvimos que decir ´no puedes irte a competir porque esto es excesivamente grave´”.

En marzo del año pasado estaban preparando los Juegos, con toda la programación, y “de repente, no puedo hacer, no puedo entrenar, no puedo salir, no puedo competir”, añade la doctora.

Fuente: EFE