Mediante labores de modelado, investigadores del Instituto de Astrofísica de Andalucía y de la Universidad Complutense de Madrid lograron contestar algunas preguntas sobre la evolución de la galaxia del Sombrero, que por décadas permanecieron sin respuesta pese a un rico historial de observaciones orbitales.
Conocido por los astrónomos desde el siglo XVIII y situado a unos 30 millones de años luz, este cuerpo galáctico de la constelación de Virgo figura también en muchos catálogos con el nombre de Messier 104. Se estima que es producto de la fusión de dos galaxias de diferente conformación: una elíptica y otra espiral llana. Esta idea fue confirmada por las imágenes en luz infrarroja que recolectó el telescopio orbital Spitzer entre los años 2004 y 2020.
El ‘Sombrero’ mide aproximadamente un tercio del diámetro de la Vía Láctea y exhibe las características de ambos tipos de galaxias, que son predominantes en el universo. Además, las observaciones del telescopio Hubble mostraron en 2020 que el extenso halo del centro galáctico tiene gran número de estrellas ricas en metales, algo que apunta al escenario de una fusión ‘mojada’, en la que grandes cantidades de gas y polvo procedentes de la galaxia menor ‘rejuvenecen’ la región céntrica de la mayor, elíptica.
Sin embargo, hasta completarse ahora este nuevo estudio español no hubo una explicación exhaustiva para algunas imágenes de M104 captadas desde la Tierra, como las fotografías tomadas por el aficionado astrofotógrafo australiano David Malin en la década de los 1990 y, más recientemente, por el español Manuel Jiménez. El estudio, que está esperando su revisión por pares, destacó en ellas unas gigantescas estructuras en movimiento que rodean el halo, pero no coaxiales con el centro galáctico. Fueron identificadas como corrientes de marea y asociadas con los restos de galaxias satélite, engullidas por el ‘Sombrero’ en un acto de ‘canibalismo’ galáctico.
Al enfocarse en esa figura ovalada, la principal motivación de los investigadores fue la búsqueda de los “restos de su fusión con una galaxia muy masiva”, según señaló el primer autor, David Martínez-Delgado. “Esta posible colisión fue sugerida recientemente por estudios de la población estelar de su extraño halo, obtenidos por el telescopio espacial Hubble”, explicó este cosmólogo y recoge un comunicado.
Concretamente, se esperaba encontrar pruebas de que estas gigantescas estructuras, visibles desde nuestro planeta, hubieran sido testigos de la absorción ‘caníbal’ de galaxias menores, pero el estudio demostró que la fusión que desdibujó “toda la antigua subestructura” se produjo hace más de 3.500 millones de años, mientras que la formación de la corriente en cuestión transcurrió en los últimos 3.000 millones de años y fue independiente de la fusión principal que habría creado el sistema M104, tal y como lo vemos.
El equipo español no ha encontrado “ninguna evidencia” que apoye la hipótesis de una relación entre la corriente de marea y el evento que produjo la extraña morfología de la galaxia del Sombrero, y admite que los escombros de la fusión ocurrida hace varios miles de millones de años pueden estar “completamente disueltos en la actualidad”. Por otro lado, la búsqueda y las simulaciones permitieron al equipo “trazar por primera vez la corriente de marea completa que envuelve el disco de esta galaxia” y “reconstruir su formación en los últimos 3.000 millones de años, a partir del canibalismo de una galaxia enana satélite”, según dijo Martínez-Delgado.