El viernes por la mañana, en medio de las históricas protestas en contra de la dictadura castrista y del incremento de la persecución contra la oposición, se conoció que un avión de la flota presidencial de Venezuela había aterrizado en La Habana pero no se sabía el motivo. Se trató del Airbus A319-133 (CJ), matrícula YV2984, que tiene una antigüedad de 20 años. Según informó a Infobae el periodista Federico Black, “esos vuelos, especialmente del avión presidencial de Maduro -los tres que tiene- rara vez registran”. Ahora, se conoció que a bordo de esa nave iba Delcy Rodríguez, persona de confianza del dictador venezolano y asidua visitante de la isla (solo este año ya fue tres veces).
La vicepresidenta chavista viajó para demostrar apoyo a su aliado, el dictador de Cuba, Miguel Díaz-Canel, que la recibió este viernes en La Habana. Durante el encuentro, reseñó al agencia EFE, Rodríguez trasladó a Díaz-Canel “un mensaje de solidaridad y apoyo” del su jefe, Nicolás Maduro, “frente a la campaña político-comunicacional contra Cuba y el recrudecimiento del embargo económico que mantiene Estados Unidos”.
La televisión oficial cubana no dio muchos detalles del encuentro, solo reportó que ambos dialogaron sobre los principales aspectos de los vínculos de cooperación y otros temas de interés, como el enfrentamiento a la pandemia del COVID-19. El medio oficial del régimen cubano en ningún momento mencionó las históricas protestas contra la dictadura castrista, pero seguramente fueron el eje central de la cita.
En el encuentro de ayer participaron por la parte cubana el primer ministro Manuel Marrero; el viceprimer ministro Ricardo Cabrisas; el canciller Bruno Rodríguez, y el titular de Comercio Exterior y la Inversión extranjera, Rodrigo Malmierca.
Los regímenes de Cuba y Venezuela son estrechos aliados políticos y económicos desde la llegada del fallecido ex presidente Hugo Chávez al poder venezolano en 1999.
Ambos regímenes mantienen desde 2001 un amplio convenio de cooperación por el que La Habana recibe crudo a precios preferenciales a cambio del envío a Venezuela de servicios profesionales, fundamentalmente médicos y maestros.
La caída de las ayudas chavistas en los últimos años ha sido uno de los factores clave en la grave crisis que afronta en este momento Cuba, una situación en la que también han influido el endurecimiento de las sanciones de EEUU, el retraso de las reformas para paliar la ineficiencia del modelo económico cubano y, en el último año, la pandemia del coronavirus.
El avión que llevó a Rodríguez a La Habana tiene historia. Luego de haber sido sancionado por los Estados Unidos, el régimen del Palacio de Miraflores intentó cambiar su apariencia para poder hacerlo volar. Al menos donde no podría ser embargado por autoridades norteamericanas. Es por eso que sus vuelos son restringidos a aquellas naciones con que Venezuela mantiene vínculos y sabe que no corre riesgo. “El avión está sancionado, antes su matrícula era FAV 001, pero Maduro lo camufló de Conviasa”, explicó el periodista Federico Black.
Washington posó su atención sobre la nave en 2020. En su momento, el entonces secretario del Tesoro, Steven T. Mnuchin, denunció que esta y otras aeronaves del régimen eran utilizadas “para trasladar a oficiales corruptos del régimen alrededor del mundo para impulsar el respaldo a sus esfuerzos antidemocráticos”.
Cuba y Venezuela mantienen una relación carnal desde tiempos de Chávez y Fidel Castro. En aquellos primeros años del siglo, el dictador cubano se acercó al bolivariano cuando el petróleo representaba un bálsamo para La Habana. A partir de entonces, el castrismo fue interfiriendo cada vez más en los asuntos internos venezolanos hasta ser una parte fundamental de la dictadura chavista.
En Venezuela, la dictadura intensificó su hostigamiento contra voces disidentes, opositores y activistas de derechos humanos. Apenas comenzado este mes, las fuerzas chavistas detuvieron a miembros de la ONG FundaRedes. Luego, al menos 15 civiles murieron asesinados en la Cota 905, en enfrentamientos que la dictadura explicó que fueron contra grupos criminales. Además, el pasado lunes, fue detenido el diputado Freddy Guevara y hostigado el presidente interino, Juan Guaidó. Pero la persecución no terminó allí y, en las últimas horas, se sucedieron otros hechos intimidatorios.
En tanto, en Cuba, miles de personas tomaron las calles el pasado domingo para protestar contra el régimen comunista al grito de “¡libertad!”, en una jornada inédita en décadas y que se saldó con cientos de detenidos y enfrentamientos, después de que el dictador Miguel Díaz-Canel conminara a sus partidarios a salir a enfrentar a los manifestantes.
Y, desde entonces, las autoridades ejercen un fuerte control para impedir nuevas protestas.
Los informes recibidos por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos señalan que “las estaciones de policía no reciben a los abogados contratados por los familiares para representar a los detenidos, las prisiones permanecen también cerradas y muchos detenidos han ingresado en prisión como medida cautelar y permanecen incomunicados”.
Los informes de su red de observadores, que hacen un seguimiento permanente, pese a los cortes de Internet y a las limitaciones de movimiento, señalan que hay personas que se han refugiado en el monte, huyendo de la persecución.
Denuncian también la detención de personas identificadas en los videos de las protestas publicados en redes sociales, mientras madres y familiares deambulan por los centros de detención recabando información sobre ellos.
Las protestas, las más importantes desde 1994, se producen con el país sumido en una grave crisis económica y sanitaria, con la pandemia de coronavirus fuera de control y una fuerte escasez de alimentos, medicinas y otros productos básicos, además de largos cortes de electricidad.
INFOBAE.