Deydania De La Rosa.- El impacto súbito y generalizado de la pandemia del coronavirus, sus mutaciones, las formulaciones de vacunas a vapor, y las medidas de suspensión de las actividades que se adoptaron para contenerlo, han ocasionado una drástica contracción de la economía mundial, la educación y sobretodo el desafío a la ciencia.
La pandemia ha llenado de luto cada rincón de la tierra, acumulando tres millones 992 mil 680 defunciones, 184 millones 324 mil 26 contagiados y aún no se ve luz al final del túnel.
La mutación supra seis variantes, en muchos casos resistente a las más variadas vacunas, que inicio con dos dosis para lograr la inmunización y ya se están aplicando tres, sin resultados definitivos.
Los efectos están siendo particularmente profundos en los países más afectados por la pandemia y en aquellos que dependen en gran medida del comercio internacional, el turismo, las exportaciones de productos básicos y el financiamiento externo.
DESAFÍO A LA COMUNIDAD CIENTÍFICA. La variante Delta, está convirtiéndose en la principal en muchos países, se transmite más fácilmente que las versiones anteriores del coronavirus y puede provocar una enfermedad de mayor gravedad, especialmente entre las personas más jóvenes.
Ya se ha detectado en todos los estados de Estados Unidos, según las autoridades sanitarias.
A pesar de la fabricación de vacunas que producen anticuerpos para combatir la enfermedad, según investigaciones, esta tiene una menor eficacia contra las variantes, al parecer continúan ofreciendo protección contra los casos graves de COVID-19.
La comunidad científica no ha podido erradicar por completo el coronavirus.
LAS GRANDES POTENCIAS. Muchos países europeos se ven devastados por la pandemia: Italia, Francia, España, Inglaterra, por solo nombrar algunos.
Pese a que estas naciones cuentan con grandes economías, desarrollo y sistemas de salud eficientes, se vieron sobrepasados a medida que la infección se propagaba debido a sus tardías reacciones y medidas de confinamiento.
Por otro lado, países del centro y este de Europa como, Portugal, Hungría, República Checa o Rumania, han presentado bajos números de contagio debido a sus tempranas medidas de confinamiento y cierre de fronteras, según estudio.
A pesar de estas diferencias, actualmente el número de contagios y muertes ha descendido poco a poco en todos los países que más se vieron afectados durante los primeros meses.
Sin embargo, no es momento de cantar victoria porque los países siguen expectantes, puesto que, según expertos de la Organización Mundial de la Salud, es necesario estar preparados para enfrentar una ola más del virus.
Actualmente en América ha sido bastante complejo, ya que el virus llegó tarde pero con mucha fuerza.
Las Américas acumulan un millón, 922 mil 926 defunciones, equivalente a un 48.1% de la situación mundial. Los contagiados suman 73 millones,118 mil 205.
Además, se tomaron decisiones lentas en cuanto a medidas restrictivas, lo que se ha visto reflejado en el alto número de contagios en países como Estados Unidos, Brasil, México, Perú y Chile.
Según los expertos, la principal potencia mundial del continente americano, Estados Unidos, no ha sabido liderar adecuadamente en este proceso, así lo menciona el profesor de la universidad de Oxford, Ian Goldin, para una entrevista para la BBC, lo que provocará negativas consecuencias económicas y políticas en los próximos años.
BAJA ECONOMÍA. De acuerdo con la edición de junio de 2020 del informe perspectivas económicas mundiales del Banco Mundial, sería la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial, y la primera vez desde 1870 en que tantas economías experimentarían una disminución del producto per cápita.
El Banco Mundial indica que las consecuencias de las crisis en América Latina y el Caribe son duraderas y dejan huellas profundas en el empleo.
En promedio, luego de tres años una recesión genera una pérdida neta de 1,5 millones de puestos de trabajo, con una contracción de 3% en el empleo formal y una expansión del empleo informal.
La crisis actual podría ser incluso peor y provocar una contracción en el empleo formal de hasta 4%.