La Oficina Judicial de Atención Permanente del distrito judicial de La Vega dispuso la libertad pura y simple a 10 de los 13 empleadas acusadas de abuso y maltrato en el recinto de Conani, ubicado en Jarabacoa.
De acuerdo a la investigación de las autoridades, las niñas eran maltratadas no sólo con agresiones físicas, sino también verbales y hasta la amarraban con sogas.
El tribunal impuso medida de coerción contra las imputadas Carina Mateo, Rosa Iris Sánchez Payano y María Mercedes Peña Ramírez, consistente en presentación periódica.
El órgano persecutor habia solicitado solicitó prisión preventiva contra las empleadas
De acuerdo al expediente, presentado en el reportaje de la periodista Addis Burgos en su programa Clasificado, que se transmite por CDN, canal 37, una supervisión sorpresa en dicho centro por algunas fiscales, mostró que existía un “famoso cuarto de aislamiento”, en la que había, además, cuatro pedazos de sábanas en tiras y una caja de pruebas de embarazo.
Paula Disla, directora del Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia (Conani) narró que se encontró a un grupo de niñas gritando, mal vestidas y otras con poca ropa, con hambre y cansadas. Una pequeña habitación sucia servía de almacén para la comida que, al llegar las fiscales, muchos de los alimentos estaban dañados, además de que no les daban merienda a las niñas.
De acuerdo a las investigaciones, a más de 20 de ellas se le diagnosticó esquizofrenia. En torno a la casa de acogida se entretejen varias historias. Muchas de ellas se fugaban hacia el pueblo, en grupo a la vista de todos, al convertirse en una práctica común.
Aplicación de fármacos inadecuados, ropa agrupadas y mojada, sin agua, es parte del contexto en el que vivían las niñas desde 6 hasta 19 años de edad, las cuales se encontraban en ese lugar producto de abandono o maltrato físico.
En ese sentido, la directora de Conani aconseja acogerse a las medidas de protección, las cuales establecen que deben ser de seis meses.
