Las largas filas de ciudadanos en Venezuela que esperan recibir su vacuna contra la covid-19 son una escena frecuente que muestra la lentitud con la que avanza la vacunación en un país donde también es habitual ver carteles que advierten que no hay suficientes Sputnik V para inocular segundas dosis.
Además, ha comenzado a ofrecerse la vacuna cubana en pruebas Abdala, aunque, según pudo constatar Efe, el centro de vacunación de Caracas en la que se ofrece es el único semivacío.
“¡Solo mayores de 60 años y por primera vez!”, gritaba una mujer vestida de miliciana mientras caminaba entre la kilométrica fila de un centro de vacunación ubicado en San Martín, un barrio de clase trabajadora de Caracas.
Ante ella, una hilera de jóvenes y adultos escuchaban impávidos, sin dejar ver el cansancio de una espera que se puede prolongar hasta por ocho horas.
Danilo Adrianza, de 74, perdió el viaje porque, según explicó a Efe, “solo hay la china” y esta vacuna no le sirve.
Él ya recibió la primera dosis de la Sputnik V y ahora le toca “esperar y averiguar” cuándo estará disponible el fármaco ruso para completar su inmunización.
“Vine a vacunarme pero no hay la rusa, la segunda dosis no hay”, añadió Rosa Hernández, de 82 años, una anciana que, operada de la columna y con una prótesis en la rodilla, llevaba seis horas en la fila: “Me voy a la casa, ¿qué voy a hacer?”.
Un cartel en la entrada ya lo adelantaba, no hay vacunas rusas. Danilo y Rosa estaban lejos de la puerta y no leyeron el papel a tiempo para ahorrarse las horas de espera.
SOLO MENSAJE DE TEXTO
Al otro lado de la ciudad, se repite la imagen. Allí, un policía del céntrico estado Miranda (que abarca parte de Caracas) alertó a los interesados que solo atendían “con mensaje de texto”.
El hombre se refiere al texto que envía el Gobierno a los teléfonos para notificar los turnos de vacunación, que no todos han recibido.
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), solo 223.858 personas, de una población total de casi 30 millones, han completado su inmunización en Venezuela. El plan de vacunación en el país incluye vacunas de dos dosis -Sputnik y Sinopharm- y ahora de tres, con la Abdala, todavía un proyecto de vacuna.
Según afirmó este domingo el presidente Nicolás Maduro, Venezuela cuenta con vacunas anticovid para inmunizar al 20 % de la población, lo que suponen cerca de seis millones de personas.
Las autoridades han detallado la llegada de 3,23 millones de dosis de vacunas entre la china Sinopharm y la rusa Sputnik V y, en su declaración dominical, Maduro no aclaró cuando han recibido el resto de dosis que permitirían vacunar a esas seis millones de personas.
En paralelo, los ciudadanos responden: “Coño, vacuna a tu gente, viejo”, espetó José Martínez, de 62 años.
“Estoy desde la 5 de la mañana y llevo 5 días en este plan y nada”, dijo a Efe este hombre que sufre de epilepsia y recién está superando de “una retención de líquidos” que “casi” acaba con su vida.
“Yo estoy enfermo y no nos vacunan (…) únicamente es Carné de la Patria, Carné de la Patria, los demás también somos venezolanos, coño (…) Dizque mensajito”, subrayó.
El Gobierno utiliza el Sistema Patria, un mecanismo creado para distribuir ayudas y bonos sociales, para asignar los turnos de vacunación. También utiliza el sitio web habilitado por el Ministerio de Salud.
LA ABDALA
De otro lado, y según constató Efe, Fuerte Tiuna, principal complejo militar de Caracas, albergó una jornada de vacunación con pocas personas pese a que, según detalló Lidia Izaguirre, una trabajadora de esa comunidad, estaban atendiendo “a todo el que quiera llegar”.
En este centro, la única disponible es la vacuna en pruebas que llegó a Venezuela a finales de junio y, desde entonces, ha recibido críticas de la Academia venezolana de la Medicina que insiste en que, por tratarse de un producto experimental, “no debe aplicarse a la población”.
“Esa vacuna ha sido aprobada por la OMS”, subrayó Lidia, convencida de que es así, aunque, en efecto, no ha recibido aprobación de la Organización Mundial de la Salud ni de la autoridad regulatoria cubana.
“Lo que pasa es que muchos gremios se dedican a satanizar”, prosiguió esta mujer, que llevaba un tapabocas con la firma del fallecido presidente Hugo Chávez.
Consideró que Maduro “no va a ser tan irresponsable de traer una vacuna en fase de experimentación a una población tan grande”
“Yo me vacune ayer y no, no me creció el pelo en la barba, no estoy hablando cubano (…) El que crea que va a hablar como Fidel o le va a crecer la barba si se pone la vacuna, que tenga una manera de pensar más crítica”, concluyó.
Fuente: EFE