Hacer ejercicio físico regular puede ser útil para bajar los niveles altos de ácido úrico. Esta condición, conocida en términos médicos como «hiperuricemia», está relacionada con los brotes de gota y los cálculos renales, entre otras afecciones. Si bien al principio tiende a ser asintomático, con el tiempo provoca dolencias articulares, síntomas urinarios y malestar general. Entonces, ¿es conveniente ejercitarse?
Es cierto que durante los brotes es bueno descansar y evitar el sobreesfuerzo articular. Aún así, la práctica habitual de ejercicio es un coadyuvante para reducir las complicaciones asociadas. En esta ocasión te contamos cuáles son sus beneficios y qué actividades se recomiendan. ¡Sigue leyendo!
¿Qué es el ácido úrico?
En primer lugar, es conveniente saber que el ácido úrico es una sustancia que se forma a partir de la descomposición de las purinas, unas moléculas orgánicas que se producen de forma natural en el organismo o que están presentes en algunos alimentos. Si el cuerpo está sano, la sangre transporta el ácido úrico hacia los riñones para filtrarlo y expulsarlo a través de la orina.
No obstante, si los riñones no funcionan bien o si dicho elemento se produce en cantidades excesivas, este tiende a acumularse en forma de microcristales, ya sea en las articulaciones (gota) o en los riñones (nefrolitiasis). A su vez, eleva el riesgo de enfermedades como el síndrome metabólico, la diabetes y la insuficiencia renal crónica.
Debido a esto, la atención médica oportuna es fundamental, sobre todo cuando empiezan a desarrollarse una serie de síntomas como el dolor articular, la hinchazón, el dolor renal, las náuseas, entre otros. El médico, sea general o especialista, decidirá cuál es el mejor tratamiento según el caso. Además, remitirá hacia un nutricionista para hacer cambios en la dieta y sugerirá la práctica habitual de ejercicio.
¿El ejercicio es bueno para bajar el ácido úrico?
La acumulación de cristales de ácido úrico en las articulaciones provoca dolor e inflamación. Por ello, quizá lo último que desee una persona afectada es adoptar una rutina de ejercicio físico. De hecho, cuando se producen los brotes, la recomendación general es descansar y evitar cualquier sobreesfuerzo.
Sin embargo, una vez mejoran los síntomas (con el tratamiento recetado por el médico), hacer ejercicio regular puede tener un impacto positivo. Los movimientos no solo disminuyen la rigidez articular, sino que contribuyen a bajar de peso y a controlar otros factores que suponen complicaciones en la hiperuricemia.
Y es que, como lo expone un estudio divulgado en Journal of Biological Chemistry, el tejido adiposo parece ser un factor de riesgo en la producción y acumulación de ácido úrico en el cuerpo. Así las cosas, cuando se reduce la grasa corporal a través de la actividad física, es posible bajar los niveles de ácido úrico en la sangre.
De paso, esto tiene un impacto positivo en la salud cardiovascular, que también resulta comprometida cuando suben los niveles de ácido úrico. De acuerdo con una publicación en European Society of Cardiology, las personas con hiperuricemia tienen más riesgo de padecer eventos cardiovasculares. Al promover la pérdida de peso, el ejercicio disminuye estos factores de riesgo.
¿Qué ejercicios se recomiendan para bajar el ácido úrico?
Antes de hacer cualquier forma de ejercicio para bajar el ácido úrico es conveniente consultar al médico. En general, se recomiendan 150 minutos (o más) de actividad física moderada en personas adultas, por semana. Las opciones pueden ser las siguientes:
- Caminar o trotar.
- Usar la bicicleta estática.
- Practicar natación (es uno de los más recomendados, ya que la flotabilidad en el agua minimiza el impacto sobre las articulaciones).
- Ejercicios de estiramiento, yoga o pilates.
- Levantamiento de pesas (nivel suave o moderado).
- Ejercicios con bandas elásticas.
Hay que tener en cuenta que el objetivo de estos ejercicios, más allá de estimular la eliminación de ácido úrico, es mejorar el rango de movimiento de las articulaciones, promover la pérdida de peso y reducir la rigidez y el dolor articular.
Por lo tanto, es conveniente planear una rutina de la mano de un entrenador profesional. La correcta ejecución de las actividades también es determinante para obtener los efectos deseados.
Recomendaciones finales para bajar el ácido úrico
Tener los niveles de ácido úrico por encima de lo normal supone un riesgo para la salud articular, metabólica y renal. Por fortuna, es una condición que se puede controlar en gran medida con la dieta y los hábitos saludables, como el ejercicio. Así pues, más allá de dejar el sedentarismo, es conveniente incrementar el consumo de agua y evitar la ingesta de purinas y alimentos refinados.
Mantener un estilo de vida saludable evitará nuevos brotes asociados al ácido úrico alto. De cualquier modo, lo idóneo es consultar al médico de forma regular para descartar posibles complicaciones. El profesional será el encargado de determinar si también es necesario un abordaje farmacológico.
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