El enfermero Ricardo Almirón, una de las últimas personas que vio con vida al ídolo deportivo argentino Diego Maradona, aseguró que tenía órdenes de no despertarlo y que atendió al exfutbolista como alguien con complejidades psiquiátricas pero sin nunca ser notificado de sus cardiopatías.
El enfermero rindió este lunes declaración indagatoria ante la Fiscalía argentina como uno de los siete sospechosos de haber cometido “homicidio simple con dolo eventual” del astro del fútbol.
Almirón, de 37 años, era el cuidador nocturno de Maradona. La Fiscalía sospecha que mintió al afirmar que el excapitán de la selección argentina dormía y respiraba con normalidad pocas horas antes de su fallecimiento, cuando la autopsia reveló que agonizaba, versión que el enfermero ratificó este lunes.
El imputado permaneció unas siete horas dentro de la Fiscalía de San Isidro, en las afueras de Buenos Aires, junto a su abogado Franco Chiarelli. Durante su declaración, explicó cuál había sido su tarea durante la última internación domiciliaria del astro.
“Mi cliente siempre trató a Maradona como un paciente con una complejidad psiquiátrica, una cuestión ligada a una abstinencia, pero nunca le entregaron una epicrisis con alguna cuestión ligada a una cardiopatía”, afirmó a la prensa Chiarelli al retirarse de la Fiscalía.
Según el abogado, Almirón “constataba ciertas alertas”, que transmitió, pero que eran “los profesionales que tenían un cuadro amplio de la situación (quienes) podían relacionarlas a un efecto secundario (de la medicación) o a una cuestión que tenía que ver con un problema que si no se trataba podía tener un desenlace fatal”.
Almirón insistió ante los fiscales que, aunque “tenía orden de no despertarlo”, pudo constatar que Maradona estaba vivo y tenía signos vitales antes de las siete de la mañana del 25 de noviembre 2020, cuando entregó la guardia a otra enfermera y unas horas antes de que fuera hallado sin vida en la cama, relató el abogado.
“Estaba indicado por sus superiores que no se lo moleste al paciente (Maradona). Mi cliente tuvo la sabiduría de poder realizar su tarea sin que el paciente se sienta invadido, que era algo con lo que tuvo que lidiar todo el tiempo que estuvo”, explicó el abogado.
El enfermero fue el primero en brindar declaración ante la Fiscalía de un grupo de siete personas, que incluye también al médico y al psiquiatra del fallecido.
Maradona murió el 25 de noviembre de 2020 de una crisis cardiorrespiratoria, a los 60 años, mientras estaba solo en su lecho de una residencia del barrio privado San Andrés, al norte de Buenos Aires, donde se recuperaba de una neurocirugía y otras dolencias.
Los fiscales rechazaron calificar al deceso de “hecho culposo o involuntario”, algo que implicaría “negligencia o imprudencia”, sino que lo catalogaron como “dolo eventual”, al detectar “falsedades” en los reportes sobre el estado de salud.
Los acusadores consideraron que los médicos y cuidadores no cumplieron su deber con Maradona “a sabiendas de su delicada situación y con conocimiento de que muy probablemente tal omisión llevaría al desenlace fatal que finalmente ocurrió”. La pena es de ocho a 25 años de prisión.
Antes del inicio de la audiencia, Jana Maradona, una de las hijas del astro del fútbol, se presentó en la Fiscalía de San Isidro, aunque no hizo ninguna declaración.
– “Abandonado a su suerte” –
Las acusaciones fueron formuladas tras un duro informe de una junta de 20 peritos que consignó que el tratamiento de salud aplicado fue “inadecuado, deficiente y temerario” y que Maradona “fue abandonado a su suerte”.
Los sospechosos pueden negarse a declarar. El juez que intervenga decidirá, para cada imputado, si dicta sobreseimiento o procesamiento, en cuyo caso habrá un juicio oral cuyo inicio podría demorar meses o años.
Las próximas declaraciones indagatorias se realizarán el miércoles a la enfermera Dahiana Gisella Madrid y el viernes al coordinador Mariano Ariel Perroni, empleados de una empresa contratada para cuidar al excampeón del mundo en México-1986.
Las audiencias concluirán el 28 de junio, día en que será indagado uno de los principales sospechosos, el neurocirujano Leopoldo Luque.
El resto de los sospechosos son la coordinadora de internación domiciliaria Nancy Edith Forlini, el psicólogo Carlos Ángel Díaz y la psiquiatra Agustina Cosachov.
Luque y Cosachov son considerados los principales responsables de la salud de Maradona.
El legendario futbolista fue homenajeado este lunes con una emotiva producción audiovisual en reconocimiento a su trayectoria deportiva y su legado, minutos antes del debut de la Albiceleste ante Chile en la Copa América que se juega en Brasil (1-1).
AFP