Uno de los principales objetivos económicos que se han marcado los líderes del G7 en la cumbre de Cornualles (Reino Unido) es diseñar una estrategia que permita una recuperación “uniforme” y evite los fallos cometidos tras la recesión de 2008.
Los mandatarios de las democracias más desarrolladas del planeta dedicaron este viernes la primera sesión plenaria del encuentro a abordar planes para reconstruir un mundo “mejor” una vez se haya superado la crisis sanitaria que ha puesto en jaque al planeta desde hace más de un año.
A pesar de la confianza en que la economía “rebotará con mucha fuerza” una vez se hayan levantado las restricciones para minimizar contagios, existe el temor a que las turbulencias financieras sufridas desde principios de 2020 dejen “cicatrices duraderas”, advirtió el primer ministro británico, Boris Johnson, anfitrión del evento.
En su intervención inaugural en la cumbre, primera presencial en dos años, el jefe de Gobierno del Reino Unido resaltó la necesidad de tomar medidas para evitar que las desigualdades que ha favorecido la pandemia se cronifiquen en los próximos años.
Coincide en esa visión el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, cuyo Gobierno ha expresado su respaldo a aquellos planes que favorezcan que la recuperación económica beneficie tanto a la “clase media” como a las “familias trabajadoras” en todo el mundo.
UNA NUEVA ECONOMÍA VERDE
El grupo de países industrializados contempla además la reconstrucción pospandemia como una oportunidad para avanzar hacia una economía más sostenible que facilite el cumplimiento de los objetivos climáticos de las próximas décadas.
Un sistema más “limpio y verde” no solo sería una “solución a los problemas del cambio climático”, sino también el modo de crear millones de puestos de trabajo “altamente cualificados” y con “altos salarios. “Creo que los ciudadanos de nuestros países quieren que nos centremos en eso”, recalcó Johnson.
Un nuevo pacto trasatlántico rubricado por Estados Unidos y el Reino Unido esta semana subraya el compromiso de ambos países por avanzar en esa dirección. “Nos comprometemos a continuar construyendo una economía global inclusiva, justa, amigable con el clima y sostenible”, señala ese texto.
MANTENER EL APOYO ECONÓMICO
Los mandatarios reunidos en Cornualles coinciden en la necesidad de mantener las políticas de apoyo económico puestas en marcha ante la pandemia el tiempo que sea necesario y debaten estos días medidas para incrementar el respaldo a los países en desarrollo.
Entre esos planes, está sobre la mesa ampliar el alcance de los llamados Derechos Especiales de Giro (DEG), un instrumento del Fondo Monetario Internacional (FMI) diseñado para crear liquidez e incrementar los recursos disponibles en Estados con necesidades financieras.
Estados Unidos ha sugerido que el paquete adicional de recursos canalizado a través de ese programa puede alcanzar los 100.000 millones de dólares (82.600 millones de euros).
Esos fondos deberían utilizarse para cubrir “necesidades sanitarias”, incluidos programas de vacunación, y para asegurar una recuperación “más verde”, “robusta” e “inclusiva”, describió la administración estadounidense.
REFORMA DEL SISTEMA FISCAL
Los líderes del G7 respaldarán este fin de semana el acuerdo al que llegaron sus ministros de Finanzas para impulsar una reforma del sistema fiscal global que imponga una tasa mínima del 15 % para sociedades.
Biden, que asiste a su primera cita internacional desde que accedió a la Casa Blanca, ha subrayado que ese es un paso esencial para evitar la competencia entre países por recortar impuestos a las grandes corporaciones que ha dañado la “protección a los trabajadores, la inversión en infraestructuras y el crecimiento de las clases medias” en la última década.
Esa medida va de la mano con el plan para que las compañías estén obligadas a saldar su contribución fiscal en los países donde generan beneficios.
En ese terreno, Biden ha recalcado la importancia de que ese principio se aplique todas las “grandes multinacionales” y no solo al sector tecnológico: “Ese es un principio importante para Estados Unidos”, sostiene el estadounidense, que confía en el “multilateralismo” para mejorar las condiciones en todo el mundo.
Fuente: EFE