Infobae.
Siete estados brasileños registran más del 90 por ciento de camas de unidades de cuidados intensivos ocupadas, mientras el país supera el umbral de 441.000 fallecidos a causa de la pandemia de coronavirus.
Pernambuco, Paraná, Río Grande del Norte, Ceará, Santa Catarina, Piauí y Sergipe son los siete estados en esta situación, mientras un total de 17 han marcado una tendencia al alza en la ocupación de estas camas para pacientes afectados por la COVID-19, informa el medio brasileño Folha de Sao Paulo.
Este incremento se da en medio de la flexibilización de actividades económicas y la reanudación de clases presenciales en algunos puntos, ya que los gobernadores han apuntado a la estabilidad en las tasas de contagio.
En este contexto, en el estado de Sao Paulo, el gobernador, Joao Doria, ha anunciado flexibilidades en el funcionamiento del comercio en la región partir del próximo 1 de junio, mientras varias ciudades del interior han decretado el cierre y toque de queda debido al incremento de casos y hospitalizaciones.
Las medidas más estrictas se han adoptado en las ciudades de Franca, Bebedouro y Batatais, al norte de la región, ya que los hospitales se encuentran abarrotados, informa UOL.
Mientras tanto, el Ministerio de Salud de Brasil ha registrado este miércoles 2.641 muertos por COVID-19, con lo que el total asciende a 441.691.
En la última jornada se han anotado 79.219 nuevos contagios, lo que eleva a 15.812.055 el acumulado de casos confirmados desde que estalló la crisis sanitaria.
Hasta el momento, se han aplicado 60,2 millones de dosis de la vacuna contra el coronavirus, con 40,3 millones de personas que han recibido al menos la primera dosis y 19,9 millones que han adquirido el esquema completo –las dos dosis–, según el consorcio de medios de comunicación que analiza la pandemia a diario.
Por otra parte, el exministro de Salud de Brasil Eduardo Pazuello ha defendido este miércoles ante la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI), que estudia la gestión gubernamental de la pandemia del coronavirus, que el país es “soberano” y que no tiene por qué seguir las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La esperada comparecencia del general Pazuello ante el CPI se ha producido dos semanas después de lo previsto, tras alegar que debía retrasar su declaración debido a que había mantenido contacto estrecho con un positivo por coronavirus.
“No estamos obligados a seguir ningún tipo de orientación de la OMS o de la ONU o de cualquier otro. Somos soberanos”, ha argumentado Pazuello, quien ha explicado que dichas organizaciones “estuvieron presentes a diario en el ministerio” y “no pusieron nada”.
“Nuestra decisión es plena, Brasil es soberano para tomar sus decisiones en cualquier ámbito, incluida la salud”, ha insistido Pazuello, quien a pesar de que las directrices de la OMS “no fueron claras” debido a la “la incertidumbre de la situación”, sino más bien “iban y venían”, desde el ministerio “se tuvo en cuenta sus posiciones para apoyar la toma de decisiones”.
Por otro lado, el exministro de Salud ha negado que el presidente, Jair Bolsonaro, ejerciera ningún tipo de presión sobre él y sus decisiones, como sí criticaron los anteriores responsables de la cartera, Luiz Henrique Mandetta y Nelson Teich, enfatizando que “bajo ninguna circunstancia” le dio “órdenes directas”.