Anahí Charles, de 34 años, que vive en México, empezó a saber que era diferente en su relación con sus compañeras de la escuela secundaria.
Mientras casi todas ellas adoraban a los miembros de la banda juvenil estadounidense Backstreet Boys, Charles no era capaz de encontrarles el atractivo. Todos se veían “estéticamente agradables”, señala, pero no podía comprender qué era lo que volvía locas a sus amigas.
Charles necesitó varios años, mucho después de este incidente de juventud, para aprender sobre la orientación y encontrar su lugar en el espectro asexual/arromántico.
Sin fuentes o recursos sobre la asexualidad, Charles dice que estaba “en negación”sobre el hecho de no sentir atracción sexual hacia nadie.
Incluso después de leer por primera vez sobre la asexualidad en un post de la página de Facebook Have a Gay Day, en 2013, todavía se planteaba si había algo “malo” en ella.
Charles se sometió a exámenes médicos y hormonales para intentar entender qué pasaba. Estaba totalmente sana.
El buen diagnóstico sirvió como catalizador para su autoaceptación.
Encontró más información sobre la asexualidad en Facebook y se dio cuenta de lo identificada que se sentía.
Un año después, se convirtió en administradora de un grupo asexual de Facebook en México.
De forma similar, en Estados Unidos, Marisa Manuel, de 28 años, tenía dificultades para ponerle nombre a su orientación.
Oyó el término “asexual” por primera vez cuando estaba en la preparatoria, pero dice que estaba “equivocada” sobre su significado.
“Alguien me dijo que se refería a personas que quieren estar solas”, recuerda. “A mí me gusta estar con gente”.
En la universidad conoció a alguien que se identificaba como asexual, lo que la animó a investigar más qué quería decir exactamente.
Se dio cuando de que se identificaba mucho con lo que averiguó y desde entonces ha aceptado su identidad completamente, ha pasado a escribir artículos sobre su identidad asexual y a reseñar libros de autores asexuales.
Poco comprendida
La asexualididad tiende a ser malinterpretada y poco discutida, hay quienes no creen que alguien pueda ser realmente asexual o quienes ignoran la asexualidad por completo.
Malentendidos habituales sobre la asexualidad incluyen equiparar la asexualidad al celibato (no es lo mismo) o decir que es una elección (es una orientación), dice Michael Doré, miembro del equipo de proyectos de la Red de
Visibilidad y Educación Asexual (AVEN, por sus siglas en inglés).
Algunos creen, incorrectamente, que una persona es solo asexual si nunca siente atracción sexual o no mantiene relaciones sexuales.
Pero la asexualidad es un espectro en el que algunos se pueden identificar como demisexuales, por ejemplo, que significa que no sienten atracción sexual hasta que forman un lazo emocional con alguien.
Tampoco es sinónimo de arromanticismo, que alude a quienes no sienten atracción romántica.
Mayor presencia
Pese a la confusión y el rechazo, las voces asexuales son cada vez más sonoras y están demandando un mayor reconocimiento.
Individuos, activistas y grupos han empezado a contar sus historias a públicos más amplios y marchan en desfiles del orgullo por todo el mundo.
Ahora, el esfuerzo de los activistas asexuales es mantener el ritmo de este trabajo y amplificar las voces asexuales más allá de los países occidentales y de habla inglesa, lugares desde donde suele proceder la gran parte del activismo e historias asexuales.
Como resultado, junto a la nueva fecha internacional, están surgiendo iniciativas para sacar la asexualidad de la sombra, haciendo que sea más fácil para las personas asexuales “salir del armario” en todo el mundo.