Israel sigue avanzando hacia la reapertura completa tras una veloz y exitosa campaña de vacunación. Y tras reducir exponencialmente los casos de Covid-19, las autoridades sanitarias han decidido derogar a partir de este domingo el uso obligatorio de la mascarilla al aire libre.
El ministro de Sanidad, Yuli Edelstein, ha abordado esta medida durante las últimas con un grupo de expertos cuyas conclusiones certifican que, ante la baja tasa de contagios de Israel, el riesgo de contraer el virus en áreas abiertas es muy limitado. Aún así, Sanidad enfatizó que el uso de mascarilla en interiores seguirá siendo obligatorio, ya que el riesgo de infección en espacios cerrados es más alto.
Israel ha vuelto a una cierta normalidad y rutina parecida a los tiempos previos a la pandemia tras una rápida campaña de vacunación que disminuyó las infecciones y derivó en una desescalada gradual. Más de 5,3 millones de israelíes -de una población de unos nueve millones de habitantes- han recibido por lo menos una dosis de la vacuna, y en torno al 53% está inoculado con ambas inyecciones.
Esto ha provocado que el país registre alrededor de 200 contagios nuevos diarios, los hospitalizados en estado grave son poco más de dos centenares y los pacientes activos no alcanzan los 3.000, una cifra muy baja en comparación a las decenas de miles de enfermos con el virus que llegó a haber meses atrás.
Sin grandes medidas restrictivas, el país pudo celebrar el jueves su Día de la Independencia en ambiente festivo, con las calles, parques o playas del país repletos de gente que, además, pudo disfrutar del día soleado.
Un nuevo estudio realizado en el Instituto Tecnológico Technion en Israel, en colaboración con el centro de salud Maccabi, indica que la vacuna contra Covid-19 no solo ayuda a los inoculados, sino que provee “protección cruzada” el resto de la población. La investigación, que aún no ha sido revisada por pares, fue realizada por el laboratorio del profesor Roy Kishony, desde donde destacan que el estudio pretende saber qué pasa en los infrecuentes casos en los que alguien vacunado se contagia. “Y para lograrlo, no podíamos solo ver si eran positivos o negativos, sino que entramos a ver el número de partículas virales que tenían”, ha explicado el doctor Idan Yalin, coautor del estudio.
Yalin indicó que la carga viral está influida por diversos elementos, incluyendo el período de contagio, la edad del paciente y el sexo, por ejemplo. Y los vacunados que se contagiaban con el virus presentaban una carga viral cuatro veces menor que aquellos que no fueron inoculados, según el estudio, publicado en la revista científica ‘Nature Medicine’.
Los contagios en Israel han disminuido de manera importante en las últimas semanas, y los investigadores apuntan a que no es sorprendente, ya que está demostrado que quien se vacuna (en este caso con Pfizer-BioNTech) es muy improbable que enferme de coronavirus, y hasta ahora, más de la mitad de la población israelí ha sido vacunada.
Los científicos han percibido que las personas que se contagiaron con Covid-19 después de haber recibido una dosis de la vacuna tienen carga viral menor y, por tanto, menos posibilidades de transmitir el virus, sin embargo, aún no está claro cómo esto se manifiesta en la vida real ni si realmente los no vacunados están más a salvo del virus cuando quienes les rodean están inoculados.
Esto es relevante porque, aunque se espera que se apruebe el uso de vacunas para mayores de 12 años, los menores de esa edad quedarán sin vacunar por ahora. Además de los adultos que no pueden o no quieren hacerlo. El estudio analizó los datos médicos de niños, que aún no pueden ser inoculados, en unas 223 comunidades israelíes, y descubrió que cuanto más extendida la vacunación entre adultos, menos probable es que los niños den positivo. “Estos resultados ofrecen pruebas observacionales de que la vacuna no solo protege al individuo sino también ‘protección cruzada’ a los no vacunados en la comunidad”, escribieron los investigadores del Instituto de Tecnología israelí Technion y de los servicios de salud Maccabi.
Si sucede el mismo tipo de protección probada con niños en adultos no vacunados, Israel estaría camino a la inmunidad grupal, al igual que otras sociedades con gran parte de la población vacunada. El estudio, que se encuentra ‘on line’, examinó la ratio de vacunación en adultos con intervalos de tres semanas en relación con datos de test de Covid de niños locales 35 días después.
Encontraron una clara correlación entre la cantidad de adultos inmunizados y la bajada de resultados positivos en niños. Es decir, que con cada 20 puntos de aumento de adultos vacunados en una comunidad, el riesgo de que los menores den positivo se reduce a la mitad. La inmunidad grupal, que había sido discutida con cautela por los médicos del mundo por la escasez de datos sobre la capacidad de la vacuna de prevenir el contagio, vuelve a ser relevante.
¿Por qué Israel logró vacunar tan rápido?
Desde la llegada de las vacunas, a principios de año, Israel ha aparecido en todos y cada uno de los estudios a la cabeza mundial del ritmo de vacunación, muy por delante de Europa, Asia América. Tal y como recogió Oriol Montanyá en estas páginas, “es cierto que Israel tiene dinero para pagar bien a las farmacéuticas –algunas fuentes aseguran que ha desembolsado 30 dólares por dosis– y también que se trata de un país poco poblado (9,3 millones de habitantes). Y no hay que obviar que tenía elecciones a la vuelta de la esquina, con un primer ministro buscando popularidad. Sin embargo, atribuir la buena campaña de vacunación al hecho de ser un país pequeño, rico y en proceso preelectoral nos podría llevar a conclusiones simples, ya que otros territorios se encuentran próximos a esta casuística, pero sin embargo lejos de estos resultados”.
En ese sentido, prosigue el análisis, “se pueden identificar al menos tres factores relevantes que han contribuido a este éxito: la resiliencia, la tecnología y la colaboración.
En lo que respecta al primer punto, Israel dispone de un modelo robusto que combina una alta centralización de la compra y almacenamiento de vacunas (para controlar el stock) con una elevada descentralización de la distribución final (para agilizar el suministro). Así las cosas, hay una única empresa que se encarga de abastecer de las dosis necesarias para una gran red con más de 400 puntos de vacunación en todo el país.
Por otro lado, la tecnología está desempeñando un papel clave. Y es que Israel cuenta con un modelo sanitario universal que registra electrónicamente a toda la población del país, con un sistema integrado que permite acceder a los datos exactos de cualquier usuario. Esta digitalización aporta una información de calidad que es esencial para planificar la demanda y organizar una distribución óptima de las dosis, posibilitando vacunar de forma ordenada los siete días de la semana.
Y por último conviene destacar la importancia de la colaboración entre los distintos actores que conforman la cadena de valor. Por ejemplo, Israel ha conseguido una posición preferente de compra con las farmacéuticas a cambio de ser su prueba piloto para analizar la efectividad de la vacuna y determinar cuándo se alcanzará la inmunidad de grupo. En la misma línea, fue el primer país en coordinar los agentes logísticos implicados para manipular las vacunas para realizar entregas más pequeñas, con el objetivo de facilitar el reparto a las zonas rurales.
Fuente: La Vanguardia