Santo Domingo.- Con una inversión de seis mil novecientos sesenta y seis millones fue inaugurada, hace unos siete meses, la primera fase del moderno complejo penitenciario La Nueva Victoria en la comunidad de Las Parras del municipio San Antonio de Guerra, con el objetivo de eliminar el hacinamiento y la sobrepoblación que por casi 70 años exhibió la antigua cárcel.
Esta obra entregada al país, en la última gestión del exmandatario Danilo Medina, se proponía impactar positivamente la vida de unos 8,788 privados de libertad. Sin embargo, este cambio aún no se ha materializado.
Y es que, la problemática del hacinamiento y las condiciones infrahumanas en que conviven los privados de libertad en las cárceles de nuestro país es un tema constante y preocupante.
Recientemente, una subcomisión de la comisión permanente de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados se trasladó a la cárcel pública de Higüey para comprobar las denuncias realizadas por los familiares de los reos en torno al trato que reciben los internos y las condiciones de vida que exhiben.
Tras asumir su mandato el presidente Luis Abinader declaró de interés nacional el apoyo a la reforma penitenciaria orientada por el modelo de gestión penitenciaria de la Procuraduría General de la República.
Por ello, designó a Roberto Santana como asesor del Poder Ejecutivo en Seguridad Ciudadana y Sistema Penitenciario Plan de Reforma Penitenciaria del Gobierno.
La prensa reseña que Santana advirtió que la nueva cárcel de La Victoria se inauguró “sin estar terminada y denunció que el recinto carecía de los servicios básicos tales como agua potable y electricidad.
“Está en proceso de construcción porque fue prematuramente inaugurada sin tener luz, sin tener agua, sin tener electricidad y sin tener el personal porque falta 1,500 personas”, sentenció Santana en el septiembre de 2020.
En otra intervención en un medio de comunicación local, el asesor del Poder Ejecutivo indicó que la infraestructura estaba totalmente en contra de todos los paradigmas propuestos en las Naciones Unidas.
“Ese es un establecimiento que solo tiene una sola entrada para aproximadamente veinte mil personas, es decir más de 8 mil privados de libertad, más el personal, más las visitas, es un despropósito absoluto”, afirmó Santana.
Para octubre de 2020, la Procuraduría General de la República anunció el aceleramiento de los trabajos de ingeniería para habilitar siete nuevos centros de corrección y rehabilitación en Las Parras, inaugurada bajo el nombre CCR La Nueva Victoria.
Dicha acción permitiría al Sistema Penitenciario elevar de alrededor de un 37% a un 64.3% el número de privados de libertad del país albergados bajo el nuevo modelo.
La Penitenciaría Nacional de La Victoria, que opera bajo el viejo modelo, alberga unos 7,260 (un 27.2%), una matrícula que, de acuerdo a la información difundida una vez las autoridades culminaran el proceso de habilitación de las instalaciones de Las Parras, sería sumada a los internos del nuevo modelo.
En ese mismo mes, la Procuradora General de la República Miriam Germán aseguró que La Nueva Victoria, necesitaría al menos seis meses de trabajo para poder ser habilitada para recibir a los reos de La Victoria.
“No se pueden trasladar los presos porque esa es un obra que no está concluida, a esa obra le faltan, siendo conservadores, como seis meses de trabajo”, explicó Germán, según reseña la prensa.
Luego de esta declaración han pasado, justamente, seis meses. Y la cárcel que fue concebida inicialmente para 300 personas, aún alberga a casi 9 mil reos.
LA NUEVA VICTORIA POR DENTRO
El nuevo penal incluye 30 edificios administrativos y 57 edificios de alojamientos, distribuidos en 4 lotes con capacidad de albergue para 8,778 internos, 112 celdas de observación, 80 celdas de reflexión, 48 celdas de máxima seguridad, 88 celdas especiales para internos con movilidad reducida, 96 celdas conyugales y 4 edificios de comedores y cocinas.
Además, posee 4 iglesias católicas y otros 4 templos para otras religiones, 1 gimnasio de exterior, 1 cancha olímpica multiusos, 2 estadios de softball, 23 canchas de baloncesto, de las cuales 22 son para uso de los internos y 1 para los agentes VTP; 2 rings de boxeo, 11 economatos y 11 barberías, así como 4 dispensarios médicos, 6 torres de vigilancia, 42 garitas de vigilancia, 4 accesos a cuadrantes, y un área de acceso a los talleres.
También cuenta con un edificio de acceso y registro que consiste en un área especializada que cuenta con escáner de cavidades y cuerpo completo, 10 arcos detectores de metales y 5 puntos de control con túneles rayos X con más de 90 escáneres de metales de mano, así como un centro de comando y control a través de miles de cámaras de seguridad con circuito cerrado en todo el recinto.
El complejo penitenciario contempla 12 módulos y está ubicado en un terreno de aproximadamente 6,407,083.00 metros.