Infobae.- Más allá de los protocolos de despedida que inició el Reino Unido este sábado por el príncipe Felipe, duque de Edimburgo fallecido el viernes a los 99 años de edad, ha obtenido una gran repercusión el despido ceremonial que le prepara una tribu de la remota nación insular de Vanuatu, en Oceanía.
Esta tribu, residente en la isla de Tanna de la antigua colonia anglo-francesa, veía al príncipe Felipe como un dios reencarnado y saludará su muerte con lamentos rituales y bailes ceremoniales.
La veneración de Felipe tiene su origen en una leyenda local sobre el hijo de piel pálida de un dios local de la montaña que se aventuró a cruzar los mares en busca de una mujer rica y poderosa con la que casarse.
Antropólogos estiman que Felipe, que encajaba en el perfil al casarse con la reina Isabel II, quedó vinculado a la leyenda en la década de 1960, cuando Vanuatu era una colonia anglo-francesa conocida como las Nuevas Hébridas. Es probable que los aldeanos de la época hayan visto retratos de Felipe e Isabel en las oficinas gubernamentales y comisarías de policía dirigidas por funcionarios coloniales antes de que él visitara la isla con la reina en 1974.
El difunto Príncipe Felipe mantuvo una relación respetuosa durante 50 años con este grupo indígena que le veneraba por la antigua profecía y por su respeto compartido a las tradiciones. Y este vínculo fue uno de los aspectos más curiosos de la vida del que fuera marido de la reina británica Isabel II.
El especial interés de los aldeanos por el duque de Edimburgo se manifestaba en las oraciones diarias para que bendijera sus cultivos de plátanos y batatas y en la colocación de fotos en las casas de la aldea, incluida una de 1980 en la que aparecía con un traje sosteniendo un bastón hecho por los isleños y enviado a Londres.
Según el antropólogo Kirk Huffman -que pasó 18 años en Vanuatu, 12 de ellos como conservador de su museo nacional-, la reverencia también estaba relacionada con el amor de Felipe por las costumbres de las distintas comunidades.
A pesar de las documentadas ocasiones en las que Felipe hizo comentarios racistas o culturalmente insensibles, Huffman señaló que mantuvo una relación duradera con esta tribu. “En este caso ha sido increíblemente respetuoso, muy comprensivo. Desde la década de 1970 se ha comunicado con ellos, les ha enviado regalos y ellos le han enviado regalos”, dijo.
Con su fallecimiento, es poco probable que esta tribu deje de honrar al príncipe Felipe, aunque puede que cambie de forma, dijo Huffman. Sin embargo, es demasiado pronto para saber exactamente qué hará el grupo con su muerte, ya que el acceso a la electricidad y a los teléfonos móviles es limitado en la isla.