Odalis Castillo.- En República Dominicana, según el estudio Feminicidios 2019-2020, del Observatorio Político Dominicano, adscrito a la Fundación Global Democracia y Desarrollo (FUNGLODE), dio a conocer que en los últimos cinco años (2016-2020), ocurrieron 486 feminicidios; 166 de estos en el periodo 2019-2020, la mayoría van acompañados del suicidio del agresor y dejan cientos de niños y niñas en la horfandad, una verdadera tragedia, que ocurre con mucha frecuencia en el país, y es justo lo que vamos a analizar, por qué estos casos tienden a replicarse y ocurrir en cadena, como una especie de efecto dominó, cuáles son los factores que motivan esto.
Los familiares de Jenny Reyes, una joven de 28 años de edad, acusan a su pareja Joel Rodríguez, de quitarle la vida al propinarle dos disparos a plena luz del día, mientras caminaba el pasado 15 de marzo a la escuela de sus hijos en San José de las Matas.
“Joel Rodríguez, él la maltrataba, cuando él tomaba llegaba a la casa y era muy violento con ella”, afirma Yaniris Reyes, hermana Jenny Reyes.
Joel Rodríguez se encuentra prófugo en estos momentos, según indica Aristides Adames, abogado familia de Yenny Reyes.
Jenny deja en la horfandad a dos hijos menores de edad y a una familia destrosada, que la llora día y noche.
Según la Fundación Vida Sin Violencia en estudios que han realizado se demuestra que aproximadamente cada 48 horas ocurre un feminicidio en el país, lo que hace pensar que la frecuencia en la que están ocurriendo estos casos es alarmante.
En el primer trimestre del año 2021 ya los medios de comunicación han reseñado los casos de unas 23 mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas, sólo el pasado 24 de marzo los medios reportaron tres casos de feminicidios uno ocurrido en la zona norte, San Francisco de Macorís, donde un hombre solo identificado como Erasmo asesinó a su pareja Lucecita Parra, de 36 años de edad, luego en el Sur, en Bani, se da cuenta de otro caso, Leonalbis de Jesús, de 20 años, quitó la vida a Idaiza Sierra Saba, de 21, de igual manera ahora en Santo Domingo Este, Fernando Mercedes, de 53 años, asesinó a María Dolores Martes Tavárez, de 54 años de edad e hirió al hijo de esta, Carlos Manuel Mesa, de 25 años.
Cuando vemos la cercanía con que ocurren muchos de los casos de feminicidio, nos hace preguntarnos qué factores pudieran incidir en este fenómeno.
“Y de repente pudiera parecer que es un epidemia conductual, y que si esta una y luego empiezan a aparecer todas las demás, pero es sencillamente patrones que se están reciclando en un mismo momento y obviamente los medios de comunicación y las redes sociales, hacen que esto sea más y más fuerte y que llegue de manera más rápida la información”, explica Olga Renville, psicóloga.
Luis Vergés, director del Centro Intervención Conductual para Hombres Agresores sobre el tema expresó: “El efecto llamada, que así le han descrito algunos expertos españoles, viene de la hipótesis de que pudiera haber un efecto imitativo de este tipo de conducta”.
Con la hipótesis de que los medios de comunicación pudieran incidir en que las personas emulen las conductas a partir de la información que reciben, asumiéndola como herramientas para solucionar conflictos ya existentes, hay estudios que se han realizado en España, que establecen que puede haber un efecto contagio tras la aparición de un feminicidio, especialmente en televisión, lo que podría aumentar el riesgo de que haya otros casos a continuación, se habla de entre una posibilidad de un 67 % a un 80 %, sin embargo hay otros estudios que contradicen esta postura, como da cuenta un articulo del periódico El país, que reseña que un estudio estadísticos con datos de entre enero de 2005 a 2010, concluyó que no tiene aval el efecto contagio por los medios de comunicación, pues la única diferencia significativa que se halló en el tiempo de estudio fue un feminicidio después de 13 días de haber ocurrido otro, lo que atribuyó al azar pues un feminicida que intente imitar una conducta no esperaría casi una quincena después de ver un hecho para cometer su crimen.
“En los estudios que yo he hecho con agresores hay un peso de la presión social en la decisión del hombre machista envuelto en una visión toxica de su relación de pareja con respecto a la forma en que reacciona ante los conflictos o las separaciones”, detalló Tahira Vargas, Antropóloga Social.
También existen atenuantes psicológicas a partir de la vida familiar que le ha tocado a cada uno, tal vez con historias de violencia de generación en generación.
La psicóloga Olga Renville considera que normalizan este patrón como algo saludable, como la única manera que ellos aprendieron como se relaciona un hombre con una mujer.
“La sociedad dominicana es una sociedad que permite la violencia, que la legitima, todas las violencias son legitimadas”, puntualizó Tahira Vargas.
