Brasil sigue anotando récords por el impacto de la pandemia de coronavirus, con cifras diarias de muertos que ya superan los 4.000, mientras el presidente Jair Bolsonaro ha pasado del negacionismo a la resignación porque, asegura, “prácticamente es imposible de erradicarlo”.
Las cifras últimas dan cuenta de que en las 24 horas cerradas este martes en Brasil murieron 4.195 personas a causa de la covid-19, por primera vez por encima de los 4.000 decesos y apenas dos semanas después de que se llegara a la marca de 3.000 fallecidos.
Los datos del Ministerio de Salud indican que la covid-19, que causó el primer muerto en Brasil el 12 de marzo de 2020, ya ha matado en este país a 336.947 personas, solo por debajo de los 552.125 que han perecido en Estados Unidos, según las cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En Estados Unidos, con una población de 330 millones de habitantes, se han infectado 30,5 millones de personas, mientras que en Brasil se han contagiado 13 millones para una población de más de 210 millones.
Aun así, Brasil lidera la lista de países con el mayor número de muertos por el coronavirus en los últimos siete días, casi 19.000, frente a los cerca de 7.000 de Estados Unidos.
“Este virus, como otros, llegó para quedarse, y se quedará toda la vida”, afirmó Bolsonaro este miércoles en declaraciones públicas mientras visitaba una comunidad del sureño estado de Santa Catarina.
“El virus no se irá (…). Prácticamente es imposible erradicarlo”, agregó Bolsonaro, el mismo gobernante que en los inicios de la pandemia intentó restarle importancia llegando a calificar el mal como una “gripita”.
La pandemia está generando difíciles retos al sistema sanitario de Brasil, con unas disponibilidades de camas hospitalarias y Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) cada vez más limitadas.
Por ejemplo, el estado de Sao Paulo, el más poblado del país, anotó en las últimas 24 horas un récord propio, de 1.389 fallecidos por covid-19, con una ocupación cercana al 90 % en cuanto a la disponibilidad de lugares en ucis.
“No lean noticias falsas y no acepten recomendaciones, observaciones o exaltaciones de quienes son notoriamente negacionistas”, afirmó este miércoles el gobernador de Sao Paulo, Joao Doria, aludiendo a los comentarios de Bolsonaro.
Doria, un fuerte rival político del presidente brasileño, pidió también no creer a quien piense que se está “enfrentando una gripecita o un resfriadito”.
“Estamos enfrentando la más grave crisis de salud del mundo de toda la historia”, recalcó Doria.
Mientras tanto prosigue con lentitud el proceso de vacunación, que comenzó el pasado 17 de enero y que ha permitido a 18,2 millones de personas recibir la primera dosis y a 5,2 millones la segunda, según el Ministerio de Salud.
Pero de momento la vacunación sólo ha beneficiado al personal sanitario y a los integrantes de las Fuerzas Armadas y policiales, y a las personas con edades próximas a los 70 años, según el estado en el que se vacune.
A los críticos de la gestión de Bolsonaro para hacer frente a la pandemia se unió este miércoles Amnistía Internacional, que alertó sobre las violaciones a los derechos humanos que surgen como “pretexto” en la lucha contra la pandemia,
“El negacionismo del Gobierno fue central en los fallos cometidos y para la incapacidad de enfrentar la pandemia”, afirmó la directora ejecucutiva de AI para Brasil, Jurema Werneck, al presentar el informe anual de la organización.
“Hay una gran preocupación de Amnistía Internacional por una escalada autoritaria en el país”, agregó.
Fuente: EFE