Recientemente, se aprobó en nuestro país el uso de avelumab, un medicamento de la clase de las inmunoterapias, para el tratamiento de pacientes con carcinoma urotelial (el tipo más común de cáncer de vejiga) localmente avanzado o metastásico, luego de haber recibido quimioterapia basada en platino como primera línea de tratamiento.
La aprobación de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) se basó en la investigación de fase III JAVELIN Bladder 100, que contó con 700 pacientes y demostró un aumento de 7,1 meses en la supervivencia global promedio en aquellos pacientes que recibieron avelumab como primera línea de mantenimiento junto con un mejor soporte clínico, en comparación con el tratamiento paliativo estándar: 21,4 meses vs 14,3 meses.
Esto implica una mejora estadísticamente significativa de la sobrevida global que representa un 31% de reducción del riesgo de muerte en la población estudiada (HR 0.69; 95% CI: 0.56 to 0.86; 2-sided P=0.001) 3 . Dichos resultados se presentaron en el Congreso Virtual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO) 2020.
“La utilización de avelumab como mantenimiento luego de la quimioterapia constituye una nueva estrategia de tratamiento para el cáncer urotelial (vejiga o vías urinarias) avanzado y ha mostrado resultados superiores a todas las estrategias anteriores, incluso la utilización de otros agentes inmunoterápicos”, consignó el médico oncólogo de la Unidad Génito-Urinaria del Instituto Alexander Fleming y del Hospital Universitario Austral, Juan Pablo Sade.
“Siempre es una buena noticia contar con más y nuevas opciones de tratamiento, sobre todo en el caso del carcinoma urotelial avanzado, un tipo de cáncer de mal pronóstico”, completó Mauricio Fernández Lazzaro, médico oncólogo, especialista en Medicina Interna y Oncología Clínica y coordinador del Área de Uro-Oncología de la Fundación COIR de Mendoza.
La quimioterapia basada en platino es el tratamiento estándar de primera línea para los pacientes (elegibles a realizar quimioterapia) con enfermedad avanzada por sus niveles altos de respuesta inicial. Sin embargo, en la mayoría de los casos la condición podría progresar dentro de los nueve meses desde que se inició 4 , 5 y solamente el 5% de los pacientes con enfermedad metastásica al momento del diagnóstico podría vivir más de cinco años.
“Si bien las personas suelen responder bien inicialmente a la quimioterapia, necesitamos contar con más herramientas para que los pacientes puedan vivir más tiempo. El desarrollo de medicamentos como avelumab y su aprobación sin dudas representan una muy buena noticia para la comunidad científica y para los pacientes que atraviesan esta condición”, subrayó Fernández Lazzaro.
El cáncer de vejiga es el noveno cáncer más frecuente en nuestro país, con una incidencia estimada de más de 3600 casos por año, lo que se traduce en cerca de 10 casos nuevos por día. El carcinoma urotelial representa casi la totalidad de los casos de cáncer de vejiga y afecta a las células que revisten este órgano y otras porciones del tracto urinario, como uréteres, uretra y parte del riñón.
Se calcula que cerca de la mitad de todos los casos de esta condición se desarrollan por el tabaquismo, que aumenta al menos al triple las posibilidades de presentarlo. Otros factores de riesgo son exposición a ciertos químicos como las aminas aromáticas, ciertos medicamentos o suplementos herbarios, el consumo de arsénico con el agua potable, no beber suficiente líquido, la etnia caucásica, la edad (a mayor edad se incrementa la incidencia), ser varón, irritación o infección crónica de la vejiga, defectos congénitos de este órgano, antecedentes familiares y genética o haber recibido ciertas quimioterapias o radioterapia.
Si bien no se indican estudios de detección (precoz) para la población general, se puede arribar a un diagnóstico temprano si se detectan rápidamente los síntomas. Entre ellos, se encuentra la presencia de sangre en la orina (puede cambiar el color a naranja o rojo, o ser imperceptible y detectarse únicamente con análisis como parte de un chequeo general), orinar con mayor frecuencia, dolor al orinar, sensación de urgencia miccional, flujo débil de orina y levantarse muchas veces en la noche para ir al baño.
Entre las manifestaciones que podrían indicar la presencia de un cáncer avanzado, se encuentran no poder orinar, dolor en un lado de la espalda baja, pérdida del apetito y de peso, cansancio o debilidad, hinchazón en los pies y dolor en los huesos. “Sin embargo, concluyó Sade -que también integra la Unidad Génito-Urinaria del Hospital Británico de Rosario- con frecuencia estos signos y síntomas responden a otras condiciones, por lo que es pertinente acudir al especialista para conocer su estado de salud”.
Acerca de avelumab
Avelumab es un anticuerpo humanizado específico que reconoce una proteína denominada PD- L1 o ligando 1 de muerte programada. Se ha diseñado para potenciar las respuestas inmunes innatas y adaptativas contra el cáncer. Mediante su unión a PD-L1, se considera que avelumab impide que las células tumorales utilicen la unión de PD1 y PDL1 para evadir la respuesta antitumoral inducida por los linfocitos.
Se ha demostrado que avelumab induce citotoxicidad mediada por células dependientes de anticuerpos (ADCC) in vitro. En noviembre de 2014, Merck y Pfizer anunciaron una alianza estratégica para el desarrollo y comercialización conjunta de avelumab.
En agosto de 2018, la ANMAT aprobó el registro de avelumab como monoterapia para el tratamiento de pacientes adultos con carcinoma de células de Merkel (CCM) metastásico.
Avelumab está aprobado actualmente en pacientes con CCM en más de 45 países de todo el mundo y la mayoría de estas aprobaciones son para una indicación amplia que no está limitada a una línea de tratamiento específica.
Avelumab en combinación con axitinib también está indicado en Estados Unidos y en la Argentina, entre otros países, para el tratamiento de primera línea de pacientes con carcinoma de células renales (CCR) avanzado.
Entre las reacciones adversas reportadas más frecuentes en pacientes con tumores sólidos, se incluyen cansancio, náuseas, diarrea, disminución del apetito, estreñimiento, reacciones relacionadas con la perfusión y pérdida de peso y vómitos.