Infobae
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ordenará que las banderas de todos los edificios federales sean izadas a media asta para honrar a los 500,000 fallecidos por el coronavirus, una cifra que podría alcanzarse de forma inminente, anunció la Casa Blanca.
La portavoz de la presidencia, Jen Psaki, indicó que esta medida se mantendrá durante cinco días.
La orden se emitirá durante una ceremonia solemne e en la que Biden pronunciará unas palabras en memoria de los 500, 000 fallecidos en el país por COVID-19, una cifra que se alcanzará en las próximas horas, según el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.
Ese hito de medio millón de muertos, más que los fallecidos en cualquier guerra de Estados Unidos con la excepción de la contienda civil (1861-1865), convierte al país en el más afectado por la pandemia, con más del doble de fallecidos que la segunda nación con más decesos, Brasil.
Para homenajear a los fallecidos, Biden y la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, acompañados de sus respectivos cónyuges, Jill Biden y Doug Emhoff, participarán en una ceremonia solemne en la que se encenderán velas ante la entrada sur de la Casa Blanca, y se mantendrá un minuto de silencio.
Biden también hará declaraciones “para subrayar la magnitud de la pérdida que marca este hito para el pueblo estadounidense, para tantas familias en todo el país”, adelantó Psaki.
La ceremonia comenzará a las 18.00 horas (23.00 GMT) y tendrá un tono similar a la que Biden y Harris protagonizaron un día antes de su investidura, el pasado 19 de enero, cuando homenajearon a los más de 400.000 estadounidenses que por entonces habían perdido la vida debido a la enfermedad.
En esa ocasión, Biden y Harris guardaron silencio frente al monumento a Lincoln, uno de los más icónicos de Washington, mientras el estanque reflectante situado enfrente se iluminaba, por primera vez en la historia, con 400 luces que representaban las vidas perdidas debido a la enfermedad.
Aunque durante el primer mes de Biden en el poder se ha ralentizado el ritmo de muertes diarias y se ha acelerado la campaña de vacunación, la Casa Blanca insiste en que aún queda un periodo muy duro por delante.