Portugal limitará desde el próximo domingo y durante quince días la salida de sus ciudadanos de su territorio, en un intento por contener el avance de la tercera ola de COVID-19, que ha alcanzado niveles sin precedentes en territorio luso durante este mes.
“El Gobierno adoptará la medida de limitación de desplazamientos para el exterior en los próximos 15 días de ciudadanos nacionales. Salvo casos excepcionales, en la próxima quincena, serán limitadas las salidas por vía aérea, terrestre o fluvial de ciudadanos nacionales”, dijo en el Parlamento el ministro de Administración Interna, Eduardo Cabrita.
Cabrita habló al cierre de un debate que ha aprobado una nueva prórroga del estado de emergencia vigente en el país, que entrará en vigor el próximo 31 de enero e introducirá cambios con respecto al anterior, como permitir el cierre de fronteras con España, como ya ocurrió entre el 17 de marzo y el 1 de julio de 2020.
El primer ministro portugués, António Costa, admitió el miércoles por la noche en una entrevista en televisión que la situación está «muy mal» por el crecimiento «exponencial» de los contagios en la tercera ola, que ha dejado también «un número dramático» de fallecimientos.
La Dirección General de Salud ha notificado este jueves nuevos máximos de casos y fallecidos por la pandemia, con 16, 432 positivos y 303 fallecidos en las últimas 24 horas.
Cabe destacar que los países de la Unión Europea (UE) debatieron fórmulas “alternativas” al cierre de fronteras mientras el avance de las nuevas variantes de coronavirus están llevando a un creciente número de estados miembros a aplicar restricciones a los viajes.
El asunto se trató en una videoconferencia de ministros europeos del Interior en la que la Comisión Europea reconoció su preocupación por la propagación de esas nuevas variantes del virus, más contagiosas, y se mostró partidaria de que los estados solo permitan los viajes esenciales.
“Nos hemos centrado en la pandemia. Todos están de acuerdo en la necesidad de desincentivar los viajes no esenciales. Estoy satisfecha de que la propuesta de la Comisión haya sido bien acogida”, dijo la comisaria de Interior, Ylva Johansson, en rueda de prensa al término de la reunión.
La comisaria explicó que muchos ministros dijeron hoy que han aprendido la lección del pasado abril y que prefieren centrarse en medidas sanitarias, como las pruebas de detección de coronavirus, antes de proceder al cierre de las fronteras.
Por su parte, el ministro portugués de Interior, Eduardo Cabrita, subrayó que “es muy importante coordinar las medidas cuando hablamos de las fronteras interiores” para garantizar “una respuesta europea y así salvaguardar Schengen”.
“Esperamos coordinación y no medidas unilaterales”, indicó el titular portugués, que también se refirió a las restricciones de viajes que su país va a empezar a aplicar sobre los ciudadanos portugueses por la preocupante propagación del virus.
Tanto la comisaria como el ministro confiaron en que los embajadores de los países ante la UE (Coreper) den mañana luz verde a las recomendaciones de Bruselas para no viajar desde ni hacia áreas de alto riesgo de expansión de la pandemia de coronavirus, ante la llegada de las variantes más contagiosas en varios Estados miembros.
Portugal pidió hoy a los ministros que opinaran sobre la posibilidad de aplicar “medidas alternativas con menor impacto negativo” sobre la libertad de movimiento que los cierres de fronteras con vistas a los próximos meses, mientras se desarrolle el proceso de vacunación.
El titular alemán, Horst Seehofer, confirmó antes del inicio de la reunión la intención de su Gobierno de prohibir unilateralmente y sin esperar a la UE la entrada a Alemania de viajeros procedentes de países con presencia de mutaciones del coronavirus y se refirió explícitamente a Reino Unido, Portugal, Sudáfrica y Brasil.
Bruselas “se toma muy en serio la emergencia de variantes del virus” y sobre la base del asesoramiento científico, propuso el pasado lunes “medidas más estrictas con respecto a la restricción de viajes a la UE”, indicaron por su parte fuentes comunitarias.
El objetivo de la propuesta de Bruselas es garantizar que los viajes esenciales siguen estando permitidos y se realizan de forma segura.