La circuncisión es un procedimiento quirúrgico que se lleva a cabo para extirpar el prepucio; es decir, la piel que cubre la punta del pene. En algunas ocasiones, se lleva a cabo por motivos de salud y otras veces, por razones culturales o religiosas.
Lo más habitual es que la circuncisión se realice en los niños recién nacidos, de no más de 2 días de vida. Los judíos la llevan a cabo a los 8 días de nacido. En algunos casos, es necesario practicarla a varones de mayor edad por problemas como la fimosis, la parafimosis o la balanitis.
Este tipo de procedimiento se realiza con mayor frecuencia en Estados Unidos y en algunas regiones de África y del Medio Oriente. Es menos habitual en otras zonas del mundo. La circuncisión, en términos generales, tiene ventajas; sin embargo, también entraña algunos riesgos.
¿Por qué se realiza?
En principio, la circuncisión se lleva a cabo por motivos culturales. En la religión judía y en la islámica, es una tradición doctrinaria de obligatorio cumplimiento. Algo similar ocurre con algunas comunidades aborígenes de Australia y África.
También, hay casos en los que se recomienda esta intervención por razones médicas. Por ejemplo, el prepucio puede estar demasiado apretado y se producen dificultades para retraerlo; es decir, moverlo hacia atrás. También, se realiza cuando hay inflamación en la punta del pene (balanitis).
En ciertos contextos, es una medida que contribuye a reducir el riesgo de contraer algunas enfermedades de transmisión sexual. Sin embargo, y pese a sus beneficios, no se recomienda realizar este procedimiento en todos los niños.
¿Cómo se realiza la circuncisión?
Lo más habitual es que la circuncisión se lleve a cabo cuando el recién nacido está todavía en el hospital. En esos casos, se requerirá un consentimiento autorizado de los padres. Si el niño es más grande, tendrá que ir al hospital para que se lleve a cabo el procedimiento.
La intervención se realiza con anestesia local. Es posible que se aplique una inyección en la base del pene o una crema anestésica sobre este órgano. También, es frecuente que se ponga un supositorio de paracetamol en el recto para reducir las molestias. Hay varias técnicas para llevar a cabo este procedimiento. Las más aplicadas son las siguientes.
Pinza Gomco
En este caso, la intervención se lleva a cabo con un instrumento llamado estilete. Este permite separar la piel, o prepucio, de la cabeza del pene. Luego de esto, se llevan a cabo los siguientes pasos:
Se coloca un dispositivo en forma de campana, sobre la punta del pene y por debajo del prepucio. En algunos casos, se requiere de una incisión para llevar a cabo este paso.
El prepucio se extiende hacia arriba, poniéndolo sobre la campana.
Se coloca una pinza alrededor del prepucio para reducir el flujo de sangre en el área.
Se corta y se retira el prepucio con un bisturí.
Pinza Mogen
Aquí también se utiliza un estilete, como con la pinza Gomco. Sin embargo, en este caso no se utiliza el dispositivo de campana, sino que el prepucio se extiende hacia arriba. Luego, se introduce en una pinza de metal que cuenta con una ranura.
La pinza se mantiene fija, mientras que el prepucio se corta con un bisturí. Luego, se espera unos minutos. Cuando hay certeza de que la hemorragia está controlada, se retira la pinza.
Técnica de la campana o Plestibell
El procedimiento es básicamente el mismo de la pinza Gomco. La diferencia está en que este caso no se emplea una pinza para interrumpir el suministro de sangre, sino un trozo de hilo de sutura.
Asimismo, hay un anillo de plástico que no se retira luego de hacer el corte, sino que se deja allí. Este cae por sí solo después de unos tres a siete días.
Recuperación de la circuncisión
En todos los casos, el proceso de cicatrización en el pene tarda entre siete y 10 días. Es posible que surjan algunas molestias como el enrojecimiento, la inflamación y/o los moretones. En algunos casos, también hay secreción de un líquido amarillento por el pene.
Es normal que haya algo de sangrado y de dolor después de la circuncisión. El área se puede bañar de forma normal, sin uso de algodón ni productos especiales. Con agua tibia y jabón es suficiente. Además, es habitual que se aplique vaselina sobre el pene para reducir las molestias.
Si se puso un vendaje, lo más conveniente es renovarlo cada vez que se cambie el pañal, en el caso de los bebés. En los niños más grandes o los adultos, el médico indicará las medidas a seguir. Lo importante, en todos los casos, es mantener limpia la zona.
Los signos de alarma son los siguientes:
Sangrado persistente o muy copioso.
Enrojecimiento progresivo en la punta del pene.
Aparición de vesículas con pus.
Fiebre.
Problemas para orinar.
En el caso de los bebés, si están demasiado inquietos tras la circuncisión, es conveniente consultar con el médico.
¿Qué beneficios tiene?
La circuncisión puede tener diversos beneficios para la salud. Entre ellos, la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos señala los siguientes:
Reduciría el riesgo de infecciones urinarias. Los datos disponibles indican que este tipo de infecciones serían menos frecuentes en los varones circuncidados.
Menor riesgo de enfermedades de transmisión sexual. Las investigaciones sugieren que la circuncisión reduciría el riesgo de contraer enfermedades como VIH.
Disminuiría la probabilidad de sufrir cáncer de pene. Este tipo de cáncer es poco frecuente y aún menos en los varones circuncidados, según datos de un artículo titulado Cáncer de pene. Revisión de las características clínico-patológicas.
Facilidad en la higiene. Los hombres circuncidados llevan a cabo la higiene del pene con mayor facilidad.
Prevendría enfermedades del pene, como la fimosis, la parafimosis, la balanitis y la balanopostitis.
Contraindicaciones
Aunque existe el mito de que la circuncisión afecta la fertilidad o la función sexual, no existe ningún dato científico que lo corrobore. En muy raras ocasiones, este procedimiento quirúrgico da lugar a consecuencias negativas como las siguientes:
La cirugía puede tener efectos molestos. Entre ellos, están el dolor y las complicaciones poco habituales como la infección o la hemorragia.
Efectos adversos de la anestesia. También es raro que ocurra y casi siempre tienen lugar en pacientes con otros problemas médicos. Puede haber una reacción alérgica u otros inconvenientes como una irregularidad en el ritmo cardiaco, problemas respiratorios, etc.
Retiro incompleto del prepucio. Una práctica inadecuada puede dejar un resto de prepucio en el pene. Este problema se puede corregir con cirugía.
Lesiones al pene. Pueden producirse daños en la cabeza del pene, pero la probabilidad es mínima.
Los beneficios de la circuncisión superan a sus riesgos
En términos generales, los beneficios de la circuncisión son mucho mayores que los riesgos. Sin embargo, los padres deben sopesar muy bien la decisión, antes de llevar a cabo el procedimiento. Lo más adecuado es informarse bien y optar por lo que más se ajuste a sus ideas y expectativas.
De igual modo, es posible esperar a que el niño crezca para que lo decida por sí mismo. Por lo general, las circuncisiones en los hombres adultos suelen realizarse por alguna dificultad de salud, pero también pueden llevarse a cabo por decisión personal.
Fuente: Mejor con salud