La Habana, 29 dic (EFE).- Cuba cierra el 2020 con varios récords de altas temperaturas y abril coronado como el mes más cálido de los últimos setenta años, a lo que se suman tormentas tropicales, tornados e inundaciones, según un balance del Instituto de Meteorología de la isla publicado este martes.
Solo entre los días 10 y 25 de abril pasado los termómetros cubanos registraron treinta marcas de máxima y en fecha 12 en la estación meteorológica de Veguitas, de la provincia suroriental de Granma, la temperatura subió hasta los 39.7 grados, el nuevo récord nacional absoluto para Cuba.
En la misma jornada, también sorprendieron los 39.3 grados reportados en la estación de Indio Hatuey, que se convirtieron en la nueva marca absoluta de calor para la provincia occidental de Matanzas y toda la mitad occidental del archipiélago cubano, mientras en el norte de La Habana se registró otro alto valor de 38.5 grados.
Condiciones de poca nubosidad, radiación solar intensa, escasas lluvias y vientos débiles a causa del dominio de las altas presiones favorecieron el ascenso significativo de las temperaturas diurnas en el país caribeño durante el cuarto mes del año, en opinión del meteorólogo Danier Ernesto González.
El aire seco del desierto del Sahara llego? a Cuba a finales de junio con una nube de polvo densa que deterioro? la calidad del aire de manera sensible en gran parte del archipiélago y al elevar notablemente las temperaturas quebró récords de máxima para el mes en la provincia occidental de Artemisa y zonas del oriente como la Gran Piedra y Pinares de Mayarí.
El especialista anticipó que a finales de este 2020 se repetirá la tendencia de años anteriores con la llegada de frentes fríos a Cuba acompañados de temperaturas significativamente bajas.
El inventario meteorológico del año recuerda la ocurrencia de intensas precipitaciones que provocaron desbordamientos de ríos e inundaciones en zonas de siete provincias cubanas, así como descargas eléctricas, granizadas y deslaves.
El mes de marzo fue el más seco desde 1961, y al cierre del primer trimestre del año, el 90 % de la isla sufrió los efectos de la sequía.
En contraste, en noviembre llovió muy por encima de la media en todo el país, lo que situó ese periodo como el más lluvioso en décadas.
Cuba no sufrió el azote directo de ningún huracán este año, aunque sí el de las tormentas tropicales Laura y Eta, y de manera indirecta influyeron las lluvias y vientos de Cristóbal, Isaías, Marco, Sally, Gamma y Delta.