Budapest, 24 nov (EFE).- El Gobierno húngaro del nacionalista Viktor Orbán y el actor estadounidense George Clooney se han embarcado en un altercado mediático, desatado después de que el artista dijera que el jefe del Ejecutivo magiar y otros políticos incentivan el odio.
El diario digital húngaro “telex.hu” informa hoy de que, en el último capítulo de esta disputa, Clooney afirmó que “la maquinaria de propaganda” de Orbán “miente” cuando lo acusa de ser amigo del magnate estadounidense de origen húngaro George Soros.
Se refería así a la reacción de la prensa cercana al gabinete de Budapest tras conocerse sus palabras: el portal “origo.hu”, por ejemplo, tildó a Clooney de “actor ultraliberal” y escribió que no es causalidad que criticara a Orbán, “ya que mantiene una relación cercana con Soros (y su familia)”.
Soros es considerado por el Gobierno de Orbán un enemigo, pues se opone categóricamente a la idea de sociedades abiertas que el primero defiende, influido por el filósofo Karl Popper.
“Clooney también realiza la política de Soros”, aseguró un portavoz del Ejecutivo magiar.
En una carta enviada a “telex.hu”, el actor, director, productor y guionista de 59 años afirma que solo se ha encontrado una vez con Soros y resalta que se sentiría avergonzado si no se pronunciara contra “los autoritarismos como el del régimen de Orbán”.
Además, sale en defensa del magnate y destaca sus actividades caritativas.
“La familia Soros ha financiado ayudas legales y la enseñanza de pobres y solicitantes de asilo. Ha ofrecido una destacada caridad al mundo. El señor Orbán pudo sentir eso cuando en 1989 el señor Soros pagó sus estudios en Inglaterra”, subraya.
Alude así al hecho de que en su juventud el actual primer ministro húngaro estudió en Oxford con una beca de la Fundación Soros.
Clooney también critica que en Hungría “se hace callar a la prensa libre” y “se demoniza a los más vulnerables”.
El actor es conocido por su apoyo a los migrantes, mientras que Orbán rechaza rotundamente la inmigración y ha llegado a relacionar a los refugiados con el terrorismo.
El Gobierno del Fidesz, el partido de Orbán, que llegó al poder en 2010 y cuenta con una amplia mayoría parlamentaria, ha sido desde el comienzo muy criticado dentro y fuera de Hungría por socavar el Estado de derecho y los estándares democráticos.