El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha anunciado este martes que se impondrá un toque de queda los fines de semana para mitigar la propagación de la pandemia de coronavirus, que ya ha dejado en el país más de 421.000 personas contagiadas.
En una rueda de prensa, Erdogan ha especificado que se permitirá el movimiento de la ciudadanía entre las 10.00 horas y las 20.00 (hora local), con el objetivo de no interrumpir las cadenas de suministro y producción.
El toque de queda ya regía en Turquía para las personas mayores de 65 años y, ahora, la única excepción permitida son las personas que tienen que salir a trabajar, según ha informado la agencia de noticias oficial turca, Anatolia.
Por otro lado, el mandatario turco ha señalado que los cines permanecerán cerrados hasta fin de año, mientras que centros comerciales, mercados, restaurantes y peluquerías tendrán su horario circunscrito al toque de queda. Los restaurantes, por su parte, sólo podrán funcionar si reparten a domicilio.
También, las clases continuarán llevándose a cabo a distancia hasta fin de año, mientras que todas las competiciones deportivas se celebrarán sin audiencia.
Hasta este martes, las autoridades sanitarias turcas han registrado un total de 421.413 personas contagiadas de la COVID-19 y 11.704 víctimas mortales a causa de la enfermedad.