Infobae.-“Free Fire”, “Call of Duty”, “PUBG” y “Fortnite” son algunos títulos de videojuegos online que se han convertido en los favoritos por los jóvenes en esta época de confinamiento por la pandemia de coronavirus (COVID-19).
Sin embargo, pasar mucho tiempo entreteniéndose con ellos puede traer varios riesgos, en especial para los usuarios menores de edad. Y es que estos videojuegos tienen como principal característica que se puede interactuar con distintos participantes, aún sin conocerlos, mediante mensajes o conversaciones de voz.
Al respecto, la Policía Cibernética de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), informó este jueves a través de un comunicado que ha detectado que algunos usuarios utilizan dichos juegos virtuales para ofrecer a otros jugadores beneficios a cambio de información personal o fotografías íntimas.
La dependencia detalló que los cibercriminales buscan intercambiar recompensas como monedas digitales, diamantes, atuendos y armas para los “avatar” para mejorar el rendimiento de los personajes, a cambio de recibir información personal o fotografías íntimas y de índole sexual.
(El objetivo es) captar la atención de la posible víctima y obligarlo a mandar dicha información, siempre con la promesa de que recibirán las bonificaciones prometidas
Incluso, estos usuarios invitan a sus víctimas a que continúen su conversación por canales ajenos al juego como las redes sociales y aplicaciones de mensajería instantánea.
Cabe mencionar que este tipo de videojuegos online proporcionan el anonimato, pues los jugadores no llenan formularios con datos reales, por lo que utilizan los nicknames, lo que, principalmente en los menores de edad, se vuelve peligroso, pues pueden caer más rápido en las trampas, sufrir acoso, extorsión, bullying, entre otras formas de agresiones.
Por lo anterior, la Policía Cibernética de la SSC, hace las siguientes recomendaciones para que los usuarios de este tipo de títulos puedan disfrutarlos de manera segura:
Los padres y madres de familia deben prestar atención sobre las apps y videojuegos que utilizan sus hijos, de acuerdo a la edad.
Revisar constantemente las interacciones que tienen con otros usuarios, principalmente en el caso de los menores de edad a los usuarios que infringen las políticas de uso a través de las herramientas que hay en los chats de audio y texto.
Monitorear las publicaciones y actividades que tienen los menores o jóvenes con otros usuarios también en redes sociales y foros de conversación.
Supervisar las conversaciones que se realizan a través de las aplicaciones de mensajería instantánea.
Un horario para que las y los menores usen el dispositivo móvil, computadoras, tabletas electrónicas y demás dispositivos donde estén descargadas las aplicaciones