INFOBAE-.El coronavirus ha tenido el privilegio de ser la primera pandemia de la historia en la que la tecnología y las redes sociales se utilizan a gran escala para mantener a las personas al tanto de los sucesos. Las herramientas digitales no sólo han servido para desarrollar campañas y conciencia para el cuidado y protección, la prevención de contagios y a transmisión de información, sino para vincular a los sujetos en estado de aislamiento.
Frente a estos atributos positivos, también se desarrollaron algunas falencias que habilitan a las personas a confiar en datos no siempre certeros. Un nivel de desinformación que hace ya varios meses la OMS dio en llamar infodemia al referirse al modo en que las fake news socavan la respuesta global y ponen en peligro las medidas para controlar la crisis.
El Secretario General de la ONU, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otras agencias especializadas hicieron este un llamado urgente a los países para que, respetando el derecho a la libertad de expresión, desarrollen planes que promuevan la información basada en la ciencia y prevengan la difusión de información falsa y peligrosa sobre el COVID-19.
Guterres reiteró que la pandemia no es solo una emergencia de salud pública, sino de comunicaciones, y que es fundamental asegurarse de que los datos basados en la ciencia circulen más rápido y lleguen a todas las personas.