AFP-. La isla de San Lucas, que alberga los restos de una de las cárceles más tenebrosas en la historia de Costa Rica, ha sido convertida en un parque nacional y atractivo turístico con senderos en el bosque, playas y abundante fauna.
Situada en el Golfo de Nicoya, en el Pacífico costarricense, San Lucas funcionó como centro de reclusión entre 1873 y 1991, dejando atrás un reguero de torturas y de trato infrahumano.
Abandonada durante varios años desde la clausura del penal, la isla fue abierta en agosto pasado a la visita de turistas, con restricciones por la pandemia de covid-19.
Antes de su apertura, la isla fue declarada de interés arquitectónico en 1995, y refugio de vida silvestre en 2001. Pero fue recién en 2020 que comenzó su rehabilitación como atractivo turístico.
Varias agencias gubernamentales participan en la Ruta de Reactivación Isla San Lucas, un proyecto que permitió abrir senderos y recuperar partes deterioradas de la infraestructura para adecuarla al turismo.
“San Lucas es un destino espectacular, tiene cultura, historia, arquitectura, playas, biodiversidad. Es el tesoro mejor guardado del Pacífico”, declaró la primera dama, Claudia Dobles, impulsora de la ruta, en un video enviado a AFP.