SANTO DOMINGO.- El economista Haivanjoe NG Cortiñas, al evaluar el Proyecto de Ley de Presupuesto General del Estado del 2021, basado en lo que es la intención del gobierno central y no en lo que debió ser: resultado del consenso nacional, consideró que las autoridades desaprovecharon la oportunidad de formular un presupuesto en base cero, alineado a la recuperación económica y al control de la crisis sanitaria por Covid-19 y no en cambios presupuestarios, fundamentados en parchos tributarios contraproducentes y más de lo mismo a nivel del gasto.
NG Cortiñas definió como desconectados de la estructura del presupuesto y de la coyuntura, los tres criterios que presenta el referido proyecto del 2021. El primero, relativo a que el presupuesto no es una aventura personal, sino una concepción del desarrollo, el segundo, a que la política de financiamiento tiene un carácter responsable, al disminuir los principales riesgos, como el del perfil en moneda extranjera y, tercero, recuperar la suficiencia recaudatoria e incrementar los ingresos fiscales que permitan desarrollar las intervenciones del gasto.
“El presupuesto del 2021 continúa presentando las mismas dolencias y carencias del pasado, mostrando que no hay un cambio sustantivo en la política presupuestaria. El resultado financiero previsible presenta un mayor déficit, las Necesidades Brutas de Financiamiento (NBF), retoman su carrera alcista, el endeudamiento público mantiene su tendencia creciente y las distintas clasificaciones del gasto público se mantienen y en algunos casos empeoran”, indicó el economista.
Argumentó también, que la nueva fiscalidad que se quiere aprobar con el presupuesto del 2021, especialmente con parchos de impuestos, no se corresponde con la nueva normalidad que debe guiar la política económica en la presente coyuntura, que implica estar alineado a la recuperación económica post coronavirus, dotada de instrumentos fiscales y monetarios expansivos no tradicionales.
Adujo NG Cortiñas, que el hecho de pretender incluir nuevos gravámenes para el 2021, no considera al multiplicador del impuesto de corto plazo, que no promueve crecimiento económico cuando se eleva la carga fiscal y menos en tiempos de contracción económica como la que atraviesa el país y, por el contrario, la evidencia nacional e internacional indica, que cuando los impuestos se reducen, promueve la recuperación económica.
La presión fiscal contemplada en el nuevo presupuesto la eleva de un 13.9 % del PIB del 2019 a un 15.2 % del PIB del 2021 y el multiplicador del impuesto señala, que por cada peso dominicano que se reduzca, el PIB podría aumentar hasta RD$ 2.0, y lo contrario, por cada un peso que se aumente podría incidir a la baja en hasta RD$ 2.0 del PIB; por lo que aumentar la presión fiscal, en vez de impulsar el crecimiento económico, lo perjudica.
De ahí que, promover parchos tributarios como la tasa de contribución de un 8.0 % a las ganancias extraordinarias del 2020, eliminar la exención impositiva a la regalía pascual, gravar los servicios digitales utilizados o contratados, establecer un impuesto de un 1.0 % a los activos financieros netos del cierre del año fiscal 2020 de las entidades de intermediación financiera y gravar también con un 3.0 % las operaciones y consumo en moneda extranjera con cualquier medio de pago, resulta contraproducente, en tiempos de caída del consumo y el empleo.
Haivanjoe NG Cortiñas, llamó también la atención a que los nuevos impuestos podrían contravenir preceptos legales, como el de la irretroactividad de las leyes para el caso de gravar las ganancias extraordinarias -obtenidas bajo reglas del juego establecidas-, fomentar la fuga de capitales con el impuesto a los activos financieros y afectar el nivel de consumo al gravar el salario 13, en momentos en que la demanda interna ha disminuido, restándole capacidad motora al crecimiento económico.
“No son tiempos de incrementar ingresos fiscales por la vía tributaria, es tiempo de gastar más, apoyado en una política de mutualización en el manejo de la deuda y de una política monetaria más expansiva”, enfatizó el economista.
Puntualizó en cuanto al déficit financiero, que sería de RD$ 143,014 millones, equivalente a un 3.0 % del PIB, superior al 2.2 % y del 1.75 % del PIB, previstos en los presupuestos del 2019 y 2020, respectivamente.
Y en ese sentido añadió: “Lo lamentable es, que el déficit financiero continua aumentando, mientras no se ha tenido éxito en el control de la epidemia por Covid-19, al fallecer sobre los 2,128 ciudadanos y más de 113,926 dominicanos contagiados, con el agravante de que la economía se encuentra estancada en torno a un -8.4 % a agosto del presente año”.
En la misma línea del déficit financiero del gobierno central, las necesidades brutas de financiamiento también se elevan de un 5.0 % del PIB previsto en el presupuesto del 2020 a un 5.9 % del PIB contemplado para el 2021, o su equivalente a RD$ 291,528 millones, enfatizó el economista NG Cortiñas.
Agregó que por la coyuntura sanitaria y caída de la economía, el endeudamiento público ha sido una de las vías para agenciar recursos que estaban contemplados por la vía de los ingresos corrientes. La deuda pública prevista para el 2021 se elevaría de un 52.9 % del PIB que se encuentra en la actualidad a un 59.3 % del PIB, para un incremento de un 6.4 % del PIB.
Haivanjoe NG Cortinas, amplió su argumentación sobre la deuda, afirmando que el presupuesto nacional del 2021 se financiará en un 28.0 % si se incluyen las aplicaciones financieras y de un 16.0 % del gasto público total, si se excluyen las aplicaciones financieras.
“El incremento de la deuda del sector público no financiero del 2021, no se alinea a la promesa de cambiar el perfil de las fuentes de financiamiento, al situarse en un 68.8 % de recursos externos y de un 31.2 % de recursos internos, cuando en el presupuesto original del 2020 era de un 65.0 % externa y un 35.0 % interna”, aseveró el economista.
A causa de la elevación del financiamiento público, el sector no financiero tiene como obligación por el servicio de la deuda para el 2021 no menos de US$ 5,100 millones en amortización del capital y los intereses, lo que representa cerca del 34.0 % del gasto público total y constituye una amenaza a la sostenibilidad de la deuda.
En torno a la clasificación económica del gasto público, el economista argumentó que mantiene los mismos indicadores de los años anteriores, al situarse para el 2021 en un 86.2 % de gasto corriente y de un 13.8 % de gasto de capital, ambas respecto al gasto público total, señal de que la estructura del gasto no se corresponde al criterio de desarrollo que aparece en los enunciados del presupuesto, por lo que continúa privilegiando el gasto corriente sobre la inversión.
Recordó que recientemente el Fondo Monetario Internacional, en su informe de monitor fiscal, dijo que la inversión pública es esencial para promover el crecimiento del PIB y del empleo. Un aumento de la inversión pública equivalente al 1.0 % del PIB podría fortalecer la recuperación e incrementar el PIB en un 2,7%, la inversión privada en un 10% y el empleo en un 1,2%, si las inversiones son de alta calidad y si la actual carga de la deuda pública y privada no menoscaba la respuesta del sector privado a estos estímulos.
NG Cortiñas afirmó, en cuanto a la clasificación del gasto funcional del 2021, que no se aprecian cambios respecto al 2019, pues los Servicios Económicos, que por su naturaleza inciden en forma directa al fomento del desarrollo económico, por destinarse al gasto y formación de capital, en las áreas agropecuaria, riego, industria, minería, energía, transporte, comunicaciones, entre otras, su participación es de un 14.5 % del gasto público total, mientras en el 2019 fue de un 14.0 %; por lo que tampoco este gasto presenta cambios para alinearse al criterio del desarrollo económico.
El economista dijo, al referirse a la clasificación de los Servicios Sociales, que el criterio de desarrollo vinculado a las necesidades de la gente no encuentra sustento en el presupuesto del 2021, habida cuenta que para el próximo año se tiene previsto un 46.7 % del gasto total, cuando en el 2019 fue de un 46.5 %, indicativo de que no se observan cambios a favor de incrementar recursos para mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos, en aspectos nodales como el servicio de agua, vivienda, educación, salud y asistencia social.
Respecto a la clasificación institucional, llamó la atención a que el Ministerio de Salud Pública recibiría el 12.0 % del gasto público total durante el 2021, cuando en el 2019 ejecutó un 10.7 %, significando que el aumento es solo de un 1.3 %, mientras la Presidencia de la República, continuará recibiendo en el 2021 la misma dotación de un 7.6 % que percibió en el 2019.
Lamentó que la formulación del presupuesto del 2021 continúe ausente la clasificación por objeto del gasto público, lo que impide saber con exactitud en qué gastará el gobierno el dinero que le ingrese en el próximo año.
El economista Haivanjoe NG Cortinas, emitió sus consideraciones al evaluar la propuesta de presupuesto del gobierno central para el 2021, la que consideró no alineada a la recuperación de la economía y que además, ha resultado una repetición de años anteriores, por lo que, resulta más de lo mismo en materia del gasto público, pero no así en los impuestos que se quieren establecer en forma de parchos.