AFP
Las fuerzas separatistas armenias de Nagorno Karabaj y el ejército de Azerbaiyán intensificaron este domingo, en el octavo día de combates, el fuego de artillería, en particular en Stepanakert, la capital separatista, y en Ganyá, la segunda ciudad más grande de Azerbaiyán.
Ambas partes acrecentaron sus declaraciones belicosas, ignorando los llamamientos a una tregua de la mayor parte de la comunidad internacional y reprochándose mutuamente la responsabilidad del conflicto.
Desde el viernes, Stepanakert, la principal ciudad de Nagorno Karabaj, fue objeto de ataques que obligaron a la población a esconderse en sótanos y refugios. Desde la noche del sábado al domingo, la ciudad se quedó sin electricidad.
Los ataques con cohetes se reanudaron con intensidad el domingo alrededor de las 09H30 (05H30 GMT), indicaron periodistas de la AFP en la ciudad, donde las sirenas sonaron casi incesantemente.
El centro y la periferia se vieron afectados y en el noreste se veía humo negro en el cielo.
Los residentes se escondieron en los refugios existentes, como la cripta de una iglesia, donde varias familias esperaban en un ambiente de resignación.
“Las fuerzas azerbaiyanas están apuntando a objetivos civiles”, dijo el portavoz del ministerio de Defensa de Armenia, Arstroun Hovhannissian.
Según las autoridades locales, se trata de disparos de sistemas de lanzacohetes múltiples Smerch y Polonez. También hay drones sobrevolando la ciudad.
El presidente de la autoproclamada república, Arayk Harutyunyan, anunció que, como represalia, sus fuerzas se centrarían ahora en atacar las infraestructuras militares de las “grandes ciudades” de Azerbaiyán, situadas a mayor distancia del frente, y pidió “a los civiles que abandonen inmediatamente esas ciudades”.
– “Este es sólo el primero” –
Poco después, el ministerio de Defensa de Azerbaiyán anunció que la segunda ciudad más grande del país, Ganyá, “está bajo el fuego de las fuerzas armenias”. Bakú acusó a Armenia de disparar, lo que Ereván niega.
El portavoz de la presidencia de Karabaj, Vagram Pogossian, afirmó que los ataques eran separatistas y que el aeropuerto militar había sido “destruido”. “Este es sólo el primero”, proclamó.
Azerbaiyán también informó de ataques con cohetes contra “las ciudades de Terter y Horadiz en la región de Fizuli” desde Stepanakert.
En el frente, como en días anteriores, ambos bandos reivindicaron éxitos en varios sectores de la batalla.
El sábado por la tarde, el presidente de la república autoproclamada aseguró que “el ejército ha mejorado sus posiciones, preparando el terreno para los avances”.
El ministerio de Defensa de Azerbaiyán dijo por su parte que, desde el comienzo de los combates, el 27 de septiembre, se habían conquistado 14 pueblos, así como un macizo montañoso calificado de estratégico, el Murovdag.
– Retirada de los “territorios ocupados” –
El presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, anunció en Twitter el sábado por la noche que sólo ese día se habían conquistado siete pueblos.
Unas horas antes, había reafirmado que sólo una retirada de las fuerzas armenias de los “territorios ocupados” podría poner fin a este conflicto que empezó en los años 1990.
El primer ministro de Armenia, Nikol Pashinyan, estimó que Armenia se enfrenta a “quizás el momento más decisivo de su historia” e hizo un llamamiento a la movilización para la “victoria”.
Nagorno Karabaj, una zona poblada principalmente por armenios, hizo secesión de Azerbaiyán después de la caída de la Unión Soviética, lo que dio lugar a una guerra a principios de los años 1990 que mató a 30.000 personas.
El frente está virtualmente congelado desde entonces, a pesar de los enfrentamientos regulares.
Ambas partes se culpan mutuamente de la reanudación de las hostilidades el 27 de septiembre, una de las crisis más graves, si no la más grave, desde el alto el fuego de 1994, que hace temer una guerra abierta entre Armenia y Azerbaiyán.
En lo que respecta al balance, todavía es muy parcial porque Bakú no comunica sus pérdidas militares. En total se registraron 245 muertes: 209 combatientes separatistas, 14 civiles de Karabaj y 22 civiles azerbaiyanos.
Sin embargo, cada lado afirma haber matado a más de 2.000 soldados del campo adverso.
Una guerra abierta entre las dos antiguas repúblicas soviéticas del Cáucaso Sur hace temer una desestabilización a gran escala que podría implicar a múltiples potencias compitiendo en la región: Rusia, árbitro regional tradicional, Turquía, aliada de Azerbaiyán, Irán y Occidente.