El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, aseguró este martes en la Asamblea General de la ONU que “varios grupos de intereses” utilizan los derechos humanos como arma para intentar desacreditar las instituciones filipinas, en un momento en que cobra fuerza la presión internacional para investigar los supuestos abusos perpetrados durante su mandato.
“Varios grupos de intereses han convertido los derechos humanos en un arma, algunos de manera bien intencionada otros con mala intención. Intentan desacreditar el funcionamiento y los mecanismos de las instituciones de un país democrático”, dijo Duterte en un discurso grabado en la que es su primera intervención ante la Asamblea General desde que asumió su mandato en 2016.
El Consejo de Derechos Humanos de la ONU, con sede en Ginebra, podría aprobar esta semana una resolución que pide una “investigación imparcial” en Filipinas, después de un informe que presentó en junio la alta comisionada de Naciones Unidas para los derechos humanos, Michelle Bachelet.
El informe denuncia “asesinatos extendidos y sistemáticos”, que podrían constituir crímenes de lesa humanidad instigados por su gobierno.
La Eurocámara también aprobó la pasada semana una resolución condenando las violaciones de derechos humanos en Filipinas y reclamando a la ONU una investigación independiente.
Duterte, de 75 años, propuso que para “seguir adelante”, la clave consiste en “un diálogo abierto y un compromiso constructivo con Naciones Unidas”.
“Pero esto debe hacerse respetando plenamente los principios de objetividad y diálogo genuino y de no interferencia y no selectividad. Estas son las bases fundamentales para una cooperación internacional en derechos humanos”, dijo Duterte en un vídeo grabado en distintas tomas y acompañado de imágenes que ilustraban las distintas cuestiones que abordó.
Además, aseguró que “seguirá protegiendo los derechos humanos”, especialmente en la lucha contra las drogas ilegales, la criminalidad y el terrorismo.
El líder filipino ha calificado en varias ocasiones a la ONU como un “organismo inútil” por sus críticas de la guerra contra las drogas y ha mantenido que nunca dejará entrar al país a relatores de la organización ni a expertos independientes.
Fuente: EFE