Una planta de carne en Dakota del Sur (EE.UU.) del gigante Smithfield Food se enfrenta a una multa de 13.494 dólares, la máxima permitida por la ley, por supuestamente no haber tomado las medidas necesarias contra la COVID-19, lo que resultó en el contagio de más de mil trabajadores mientras que cuatro perdieron la vida.
La multa, que no es definitiva, fue anunciada este jueves por la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA, en inglés), que le concedió a la subsidiaria del Grupo WH de China, el principal conglomerado de carne porcina del mundo, quince días hábiles a partir de la citación y la notificación de la multa para responder o impugnar los hallazgos.
Según OSHA, la planta, con sede en Sioux Falls, en el estado de Dakota del Sur, falló en su responsabilidad de proveer a sus empleados un lugar de trabajo libre de peligros que puedan causar la muerte o graves daños.
“Al menos 1.294 trabajadores de Smithfield contrajeron el coronavirus y cuatro murieron por el virus”, detalló la OSHA en un comunicado.
La directora de esa división en el área de Sioux Falls, Sheila Stanley, puntualizó, citada en la nota, que los empleadores “deben implementar rápidamente las medidas apropiadas para proteger la seguridad y la salud de sus trabajadores”.
“Los empleadores deben cumplir sus obligaciones y tomar las acciones necesarias para prevenir la propagación del coronavirus en su sitio de trabajo”, agregó la funcionaria.
Esta supondría la primera citación relacionada con coronavirus para una empresa, destacó la publicación Politico.com.
Sin embargo, el Sindicato Internacional de Trabajadores Comerciales y de la Alimentación (UFCW, en inglés) calificó de “completamente insuficiente” la multa, así como un “insulto” y una “amonestación menor”.
“Smithfield es una corporación millonaria que no protegió a sus trabajadores”, se quejó el presidente de UFCW Internacional, Marc Perrone, para quien la respuesta de OSHA “confirma que la empresa no enfrentará ninguna consecuencia real”.
La planta de Smithfield en Sioux Falls, que con sus 3.700 empleados es responsable del 5 % del cerdo que se consume en todo el país, cerró el pasado 13 abril, después de que 300 de sus empleados dieran positivo a coronavirus.
Pero el 28 de ese mes, el presidente de EE.UU., Donald Trump, firmó un decreto con el objetivo de mantener el suministro de alimentos que obligaba a las plantas procesadoras de carne a seguir abiertas, pese a haberse convertido en un foco de contagio del virus.
Fuente: EFE