Madrid EFE.- Agatha Ruiz de la Prada ha cerrado la primera jornada de la 72 edición de Mercedes-Benz Fashion Week Madrid en la que también han mostrado sus propuestas el venezolano Hannibal Laguna, Devota&Lomba, Andres Sarda y Malne.
El espíritu positivo y la necesidad de dirigir al consumidor hacia un consumo de moda responsable y comprometido con el medio ambiente han sido los ejes sobre se ha desarrollado una convocatoria híbrida con desfiles presenciales y “fashion films”.
Agatha Ruiz de la Prada presentó un desfile lleno de color y “fantasía” como una resistencia a los tiempos que estamos viviendo, con una colección de telas “fabulosas”, turbantes de inspiración africana y apliques de vidrio reciclado.
La diseñadora ha creado una colección que transmite la energía positiva de sus diseños con colores intensos y una iconografía infantil, “con una estética muy africana, que llevaba muchos años persiguiendo”, y cuya inspiración ha reflejado tras un viaje a Guinea Ecuatorial.
Naïf, “como los dibujos de un niño”, en la que plasma su vena más ecológica y su defensa del medio ambiente. “Prendas muy ‘agathatistas’, mágicas con las que queremos transmitir que hay que ser positivos y trasladar lo mejor de cada momento”.
La firma Hannibal Laguna ha presentado su colección con la que ha querido rendir homenaje a las madres las “grandes sufridoras” en este tiempo de pandemia.
Una decisión que sobre la pasarela se traduce en piezas de la colección Atelier, una de las cuatro que confecciona Laguna en su taller, con patrones “más reales”, menos transparencias, bustiers internos que sujetan la anatomía femenina y ocultan la ropa interior, “bordados estratégicos” y mangas más largas.
Las aberturas en la falda aparecen simuladas, las colas desaparecen, detalles que tienen la intención de “favorecer” la silueta femenina.
La firma Devota&Lomba invita a recuperar el gusto por una moda más tranquila, “ajena a las tendencias” que evite el deterioro del planeta.
A través de una paleta cromática muy suave, Modesto Lomba, director creativo de la firma, propone prendas de largo recorrido. “El consumo compulsivo es poco cariñoso con nuestro propio mundo, con nuestro medioambiente”.
“Hago moda que perdura en el tiempo”, dice Lomba, que ha mostrado prendas atemporales, conjuntos delicados y fluidas túnicas, confeccionadas en lino y algodón.
La actriz Rossy de Palma ha abierto y cerrado el desfile de Andres Sarda en el que el mar es la fuente de inspiración para una colección de baño y lencería.
Coquetas medusas, exóticos peces, misteriosas sirenas y exuberantes corales han desvelado una colección que nace en casa, “en el Mediterráneo, pero que nos hace nadar lejos, ya que es optimista y alegre”, ha explicado Nuria Sardá, que asegura que la Covid-19 ha significado una renovación en el sector.
Han destacado biquinis negros “con malla de red y lycra cortada a sangre”, detalla Sardá que en esta ocasión propone una lencería “más etérea”.
Delicadas piezas envueltas en organzas, plisados, perlas y destellos nacarados que evolucionan hacia el esplendor de los plateados y dorados.
Y esta misma línea de comprar menos y de mayor calidad se sitúa la firma Malne, que ha presentado un ‘fashion film’ y cinco piezas.
“Es una oda a las mujeres fabulosas”, explican Paloma Álvarez y Juanjo Mánez, dúo creativo de la firma, que en su último trabajo han recuperado del miriñaques, bustiers interiores, hombreras pagoda, volúmenes y bordados. “Intentamos mezclar clasicismo y vanguardia”.