Miles de personas desafiaron las prohibiciones de permanecer en la arena y se amontonaron con pocas mascarillas a la vista, aprovechando el feriado por el Día de la Independencia.
Con una curva epidemiológica que ha comenzado a retroceder, miles de brasileños exhaustos con las medidas de cuarentena por el nuevo coronavirus relajan cada vez más los cuidados y desbordan las playas como si la crisis hubiese acabado en un país donde su presidente Jair Bolsonaro ha minimizado la pandemia.
En Río, el desafío a las normas y a las recomendaciones de mantenerse aislado llegó incluso hasta de Souza, una asistente de enfermería que trabajó en un hospital de campaña para atender a enfermos de coronavirus. “Se está consiguiendo controlar un poco más el coronavirus, eso me dio seguridad para salir”, aseguró de Souza
En Sao Paulo, el estado más golpeado con más de 845.000 contagios confirmados y 31.000 muertes por el virus, el escenario fue similar. Miles de aprovecharon el fin de semana largo para viajar al litoral del estado.
También se registraron extensas filas de autos saliendo de la ciudad rumbo a las playas del norte del estado, donde los alcaldes pidieron un refuerzo de la policía militar para controlar que los bañistas cumplan las restricciones.
Con más de 4.100.000 contagios confirmados y al menos 126.000 muertes por el virus, Brasil es el segundo país con los mayores números absolutos sólo detrás de Estados Unidos, y recientemente fue superada en contagios por India.
El mayor país de Latinoamérica dejó atrás las últimas semanas una meseta de casi mil muertes que arrastró casi tres meses y tuvo una reducción en el número de casos.