Quillacollo (Bolivia), EFE.- La tradicional romería de la Virgen de Urcupiña, patrona de la Integración Nacional de Bolivia, se celebró este domingo de forma atípica, sin los miles de fieles de otros años y retransmitida por redes sociales debido a la pandemia de la COVID-19.
La romería con la imagen de la Virgen de Urcupiña fue llevada desde el templo de San Idelfonso hasta el calvario en la ciudad boliviana de Quillacollo, sin la multitud que tradicionalmente la acompañaba.
La imagen llevaba una banda con los colores rojo, amarillo y verde de la bandera boliviana y un sombrero blanco típico de la región de Cochabamba, encima de un coche cubierto de telas blancas y flores rojas, escoltada por la Policía.
Los miles de fieles que normalmente acompañaban la peregrinación tuvieron que adecuarse esta vez a seguir los actos difundidos por redes sociales.
Aunque otros devotos salieron a las calles con pétalos de flores y pañuelos blancos para rezar y seguir el paso de la peregrinación, que llegó hasta el calvario donde se celebró una misa.
En la eucaristía estaban presentes autoridades departamentales y nacionales como la gobernadora de Cochabamba, Esther Soria, y el ministro interino de Trabajo de Bolivia, Óscar Mercado, entre otros.
En la misa, el párroco pidió por todos los enfermos que están en sus casas o en los hospitales padeciendo la COVID-19 en el país, para que les dé ánimos, fe y esperanza para seguir adelante, en medio de la emergencia sanitaria por la pandemia.
UNA CELEBRACIÓN ATÍPICA ESTE AÑO
Usualmente en esta festividad se realizaban varias actividades, como una masiva peregrinación hacia el cerro de Cota donde se encuentra el calvario y, según las tradiciones, los feligreses sacaban piedras de este lugar en símbolo al pedido de algún favor o agradecimiento a la Virgen, para el siguiente año devolver esa piedra al lugar.
También normalmente se realizaba una entrada con danzas típicas del país, en la que casi un centenar de fraternidades hacían su paso en devoción a la Virgen de Urcupiña, que este año no fue con el objetivo de evitar la propagación de la COVID-19, que en el país reporta 4.003 decesos y 99.146 casos confirmados.
Este año la celebración fue distinta, con un programa de actividades virtuales desde el pasado jueves, que incluía una serenata y demostración de danzas, que culmina este domingo con la misa en el calvario.
La presidenta transitoria de Bolivia, Jeanine Áñez, siguió el sábado la misa virtual junto a varios ministros interinos y escribió en Twitter que la Virgen de Urcupiña, patrona de la Integración Nacional, “congrega todas las manifestaciones culturales y a los bolivianos de todos los departamentos y del mundo. Usemos el mismo ejemplo de unidad y fe para salir adelante”.
La imagen de Urcupiña es venerada desde el siglo XVIII tras aparecerse María a la hija de una familia indígena campesina en la comarca de Cota, al sudoeste del municipio de Quillacollo, según la tradición, que considera que la Virgen obra milagros, por lo que es venerada tanto dentro como fuera de Bolivia.