Buenos Aires, EFE.- Un total de 8,3 millones de niños argentinos vivirán bajo la línea de pobreza a finales de este año, un 62,9 % del total, como consecuencia del agravamiento de la crisis económica y social por el coronavirus, informó este miércoles Unicef.
Asimismo, un 18,7 % de todos esos niños y adolescentes acabará el año en condiciones de pobreza extrema, alrededor de 2,4 millones de personas, según los datos de la segunda encuesta nacional elaborada por Unicef sobre el impacto de la COVID-19 en familias con niñas, niños y adolescentes en Argentina.
Los peores efectos se perciben precisamente en las villas o barrios populares, en donde casi la mitad de los niños, un 49 %, vivirá bajo la pobreza extrema a finales del 2020, mientras que un 92 % del total lo hará en condiciones de pobreza.
Este estudio supone una actualización de las cifras sobre pobreza infantil que el organismo de Naciones Unidas ya había difundido a finales del mes de mayo, cuando situó en un 58,6 % los niños que acabarían el año en condiciones de pobreza, alrededor de 7 millones de personas.
De este modo, en apenas dos meses trepó casi cinco puntos porcentuales la estimación sobre pobreza infantil en Argentina, que pasaría de ese 58,6 a un 62,9 %, 1,3 millones de niños más de lo previsto.
Respecto a las cifras de extrema pobreza, el avance fue de otros 2,4 puntos porcentuales, pasando del 16,3 % estimado en mayo al 18,7 % del mes de julio.
Unicef optó por actualizar estas cifras después de que tanto el Fondo Monetario Internacional como el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) de Argentina modificaran sus pronósticos sobre el PIB argentino, el cual caería hasta un 9,9 % este año, en lugar del 5,7 % estimado en mayo.
UN 45 % DE LOS HOGARES CON NIÑOS REDUJERON SUS INGRESOS
En cualquier caso, la situación de los hogares es ligeramente mejor que hace dos meses, puesto que el porcentaje de familias que vieron reducidos sus ingresos laborales pasó de un 60 % en mayo a un 45 % en el mes de julio.
En este sentido, la representante de Unicef Argentina, Luisa Brumana, apreció un aumento de la cobertura del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), una ayuda otorgada por el Estado en el marco de la pandemia que alcanza al 47 % de los hogares argentinos, más del doble que en la primera estimación.
“Deben redoblarse los esfuerzos para que ninguna familia en condiciones de vulnerabilidad se quede por fuera de estos beneficios”, señaló Brumana en un comunicado, agregando que el IFE “es clave para evitar que más hogares caigan en la pobreza extrema”.
En cuanto al consumo de alimentos en medio de la pandemia, la concurrencia a los comedores sociales pasó del 8 al 10 %, aunque también mejoró el acceso, puesto que hace dos meses había un 8 % de familias con problemas para concurrir a dichos comedores y hoy ese porcentaje se redujo a un 1 %.
CONSECUENCIAS DE LA CUARENTENA SOBRE LAS FAMILIAS
Esta encuesta también midió el impacto de las medidas de aislamiento obligatorio sobre los niños y adolescentes, apreciendo un 87 % de hogares que ve con buenos ojos la extensión de la cuarentena para evitar los contagios.
Sin embargo, las consecuencias emocionales de dicho confinamiento son preocupantes: un 26,8 % de los adolescentes afirmó sentirse angustiado y otro 11,2 % deprimido, frente al 15,7 y el 6,3 % que se sentía así, respectivamente, hace dos meses, según Unicef.
También tuvo efectos sobre los más pequeños, puesto que casi la mitad de los niños tiene problemas con la comida (48 %) o alteraciones del sueño (46 %), aunque la mayoría de ellos (61 %) pudo disfrutar de las salidas recreativas aprobadas tras la flexibilización de la cuarentena en Buenos Aires y otras partes del país.
Las medidas de aislamiento obligatorio se extenderán, como mínimo, hasta el próximo 16 de agosto en Argentina, un país que superó este miércoles las 4.000 muertes por coronavirus y que ya registra un total de 213.535 infectados por este patógeno.