El envío de agentes federales por parte del presidente estadounidense, Donald Trump, para combatir la “ola” de violencia criminal en varias ciudades del país, entre ellas Chicago, ha generado numerosas críticas por ser considerado un “truco político”, ya que se centra en localidades gobernadas por demócratas.
Los primeros agentes federales se desplegarán en Chicago (Illinois) y Albuquerque (Nuevo México), pero la Casa Blanca apuntó este jueves que a ellas se sumarán otras como Detroit y Cleveland en las próximas semanas.
La medida ha sido bautizada como “Operación Legend” en honor de LeGend Taliferro, un niño de cuatro años muerto por disparos en Kansas City en junio.
“En las últimas semanas, ha habido un movimiento radical para quitar fondos, desmantelar y disolver nuestros departamentos de policía. Políticos extremistas se han unido a esta cruzada antipolicial y han vilipendiado sin descanso a los héroes de las fuerzas de seguridad”, dijo Trump el miércoles en un acto en la Casa Blanca.
“Este baño de sangre debe terminar”, agregó el mandatario, quien estuvo acompañado por el fiscal general, William Barr.
MANIOBRA POLÍTICA
La decisión del mandatario se produce en medio del rechazo de las autoridades locales, quienes han criticado el envío de agentes federales y lo han considerado una intromisión
“Si esto fuese más que un truco, estos políticos apoyarían los esfuerzos constitucionales para luchar contra el crimen que opera en nuestra comunidad, no convertir Albuquerque en un estado controlado por la policía federal”, replicó Tim Keller, alcalde demócrata de esa ciudad de Nuevo México.
Por su parte, la alcaldesa de Chicago, Lori Lightfoot, también demócrata, criticó al presidente Trump, a quien acusó “de tratar de desviar la atención de su fracasado liderazgo en la pandemia de la COVID-19”.
Según datos de la policía, once personas murieron y otras 59 resultaron heridas de bala durante el pasado fin de semana en Chicago, ciudad en la que se registran más de 400 los homicidios en lo que va año.
El presidente estadounidense ha recalcado en las últimas semanas que es el candidato de “la ley y el orden” de cara a las elecciones de noviembre próximo, en las que buscará la reelección ante el virtual aspirante demócrata, Joe Biden.
PORTLAND, ALCALDE GASEADO
Trump no mencionó, sin embargo, el caso de Portland (Oregón), donde agentes del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y otras agencias se han desplazado con el argumento de que se les necesita para contener unas protestas contra el racismo que ya duran más de 50 días. Pero las autoridades locales han denunciado que los federales están empeorando las cosas.
Este miércoles, su alcalde, el demócrata Ted Wheeler, se unió a los manifestantes y acabó inhalando gases lacrimógenos lanzados por las fuerzas federales desplegadas ante el mes y medio de protestas continuas en el centro de la ciudad.
“Si lanzan gas contra vosotros, lo hacen contra mí”, aseguró.
Sin embargo, las imágenes muestran cómo el propio Wheeler era criticado por los manifestantes, quienes reprochaban que el alcalde solo se uniese cuando aparecieron las cámaras de televisión, y exigieron también su dimisión.
Hoy, el presidente Trump se mofó de lo sucedido al destacar cómo “el alcalde de la Izquierda radical de Portland fue abucheado e increpado por los agitadores y anarquistas”.
La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) de Oregón esta semana denunció en un comunicado las irregularidades vistas en vídeos donde agentes federales con uniformes de combate detenían a la gente que protestaba en la calle, incluso sin estar cerca de propiedades federales, lo que ha aumentado las preocupaciones sobre la presencia de los oficiales en Portland.
INVESTIGACIONES INDEPENDIENTES
Mientras, el inspector general del Departamento de Justicia, Michael Horowitz, y su homólogo del Departamento de Seguridad Nacional, Joseph Cuffari, anunciaron que investigarán la actuación de las fuerzas federales durante las protestas en Portland, Oregón y Washington DC.
En la capital estadounidense, uno de los episodios que ha quedado bajo la lupa fue la orden de dispersar a los manifestantes congregados en un parque ubicado frente a la Casa Blanca por el que minutos después atravesó caminando el presidente Trump con rumbo a una iglesia contigua donde se fotografió con una biblia en la mano.
Por su parte, el gobernador de Minesota, Tim Walz, firmó esta jornada una ley de responsabilidad policial que prohíbe, entre otras, la técnica de presionar con la rodilla el cuello de los detenidos y permite que los oficiales intervengan cuando un colega esté haciendo uso excesivo de la fuerza.
Fue precisamente en Mineápolis, la ciudad más importante de Minesota, donde el afroamericano George Floyd murió el pasado 25 de mayo después de que un policía presionara su cuello durante más de ocho minutos, un hecho que desencadenó las protestas que han recorrido al país.