La Oficina Judicial de Servicios de Atención Permanente de La Altagracia dictó tres meses de prisión preventiva, como medida de coerción, contra dos hombres acusados de intentar trasladar 36 personas ilegalmente a Puerto Rico, en una yola.
La prisión deberá ser cumplida en el Centro de Corrección y Rehabilitación (CCR) Anamuya del municipio de Higüey, en esta provincia.
La Oficina Judicial de Servicios de Atención Permanente de La Altagracia dictó la medida de coerción en contra de Miguel Mejía Acosta y Odelin Alberto Ramírez, quienes fueron sometidos por ante la Justicia por su vinculación al tráfico de ilegales hacia la vecina nación, violentando las leyes migratorias.
El Ministerio Público indicó que ambos acusados de violar las disposiciones de los artículos 1 (letra f), 2 y 7 (letra c), de la Ley No. 137-03 sobre Tráfico Ilícito de Migrantes y Trata de Personas en perjuicio del Estado dominicano, tras establecerse su vinculación a esa actividad criminal en el marco de una investigación que lleva a cabo la Fiscalía de La Altagracia con la asistencia de la Procuraduría Especializada contra el Tráfico Ilícito de Migrantes y Trata de Personas y la colaboración de la Armada de la República Dominicana.
El órgano persecutor de los delitos hizo constar en la instancia con la solicitud de medidas de coerción que alrededor de la 1:30 de la madrugada del pasado 1 de julio, los imputados fueron arrestados por miembros de la Armada de la República Dominicana, luego de ser sorprendidos en flagrante delito en alta mar cuando transportaban ilegalmente al grupo hacia Puerto Rico en una embarcación clandestina que fue interceptada aproximadamente a 8 millas náuticas frente a la costa marítima de Cabo Engaño, provincia La Altagracia.
Indica el MP que durante la travesía, mientras el imputado Miguel Mejía Acosta conducía la embarcación, era asistido por Odelin Alberto Ramírez, quien de acuerdo a las investigaciones jugó un papel de cómplice, estableciéndose que le daba órdenes a cada uno de los tripulantes de cómo debían comportarse dentro de la embarcación, además de que le indicaba con frecuencia que debían mantenerse sentados y de la misma manera verificaba los garrafones de combustible de la embarcación para garantizar que siempre estuvieran llenos.